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Uruguay vive su clásico entre los dos equipos más populares, Peñarol y Nacional. Ambos equipos se enfrentaban por la Copa Bimbo, un torneo de verano que se juega en el Estadio Centenario montevideano.
Fuimos con nuestro móvil tribunero al estadio Centenario a sacar fotos y conseguir alguna nota de los hinchas, tanto de Nacional como de Peñarol. Estacionamos nuestro auto sobre un terraplén al costado del Hospital de Clínicas, preparamos las PC y uno de nuestros compañeros salió a sacar fotos de los hinchas del tricolor.
La verdad es que nos encontramos con un Uruguay diferente a aquel de los ’80, donde iba la familia y la prensa podía trabajar en paz. Sucedió todo lo contrario; nos encontramos con hinchas de Nacional totalmente agresivos, llenos de ira y altamente provocadores. Nunca nos identificamos de qué medio éramos, simplemente fuimos a hacer la labor.
Le preguntamos a la policía si podíamos trabajar en determinada zona y no nos permitieron, de paso, le consultamos si podíamos trabajar en el sector de la tribuna Colombes, siempre fuera del estadio, en la calle, pero nos aconsejaron que nos marchemos, ya que no daban ninguna garantía sobre el comportamiento de los hinchas de Nacional. Por lo tanto, nos comunicamos con nuestro jefe que está en Buenos Aires, quien dijo “muchachos, si se sienten o están en riesgo: fuera de ahí, rajen”. Lo hicimos.
Al salir con nuestro vehículo, con patente argentina, nos gritaron “porteños putos” y se pararon de manera amenazante algunos hinchas del “bolso”.
Dimos vuelta en torno al estadio y nos fuimos al sector de Peñarol, allí, en apariencia, no había problemas, al menos cuando pasamos con el coche no nos dijeron nada, simplemente, nos dejaron pasar. A esa altura ya estábamos “quemados” y al ver que la policía no respondía mucho y que no conocemos casi nada, preferimos, definitivamente, irnos del lugar.
Por las redes sociales la solidaridad se hizo eco, en especial de los hinchas de Peñarol y otros hinchas que se disculparon. Sabemos que los uruguayos no son todos así, ni que tampoco los hinchas de Nacional. Vimos poca familia y muchos jovencitos que en “barrita” se creen que se llevan puesto al mundo.
Uruguay está lejos, muy lejos de ser ese país donde los hinchas de Nacional y los de Peñarol se podían cruzar sin tanto vallado y seguridad. Los orientales se globalizaron y copiaron lo peor de otros países.
@lostribuneros
