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El delantero escocés Garry O’Connor confesó a un importante medio británico que se gastó una verdadera fortuna en drogas, alcohol, mujeres y extravagancias. Vive en la pobreza y está sin equipo.
Garry O’Connor, nacido en 1983, fue una de las grandes estrellas de la Premier League que brillaba en equipos menores, lo que no le impidió amasar una fortuna superior a los 4 millones de euros.
El jugador escocés, que hoy vive en una casa que cuesta 65 libras a la semana, se encuentra rehabilitando de su adicción a los estupefacientes.
«Siempre me rodeaba de gente que me ofrecían coca todo el día. Conseguirla era muy fácil en una noche de fiesta» confesó.
«Yo sabía que nunca debería haberme puesto en esa posición, pero cuando tienes tanto dinero dando vueltas te dejas llevar».
«Mi vida estaba fuera de control, pero lo mantuve en secreto.»
El escocés contó, entre otras cosas, que sabía «limpiarse» bien de la droga de los fines de semana, tras los partidos, para ir a entrenar y que nadie se de cuenta de lo que hacía. Todo tuvo un final, luego que en 2009, cuando jugaba en el Birmingham City, que estaba en la Premier League, un antidopaje lo denuncie y logre que sea sancionado.
La policía de Edimburgo, en un control, le encontró cocaína envuelta en 20 libras esterlinas, por lo que fue sancionado a 200 horas comunitarias.
@lostribuneros
