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El pasado viernes 29 de mayo se conmemoraron 30 años de una de las peores tragedias del fútbol europeo. 39 aficionados italianos murieron en las tribunas en manos de los hooligans.
La final de la Copa de Campeones (hoy Champions League) de 1985 se vio teñida de sangre y de vergüenza, luego que en la previa al juego entre Juventus y Liverpool, un grupo de hooligans invada la tribuna que ocupaban los aficionados italianos, provocando una avalancha que ocasionó la muerte de 39 aficionados y lesiones de diversa índole en 600 personas.
La pelota no se había puesto en juego aún, faltaba todavía. Un grupo de barras bravas ingleses llamados hooligans invadió la tribuna de su rival de turno Juventus y la desgracia se adueñó del estadio Heysel de la ciudad de Bruselas.
El referí por aquellos momentos tenía poder dentro del campo de juego y un metro para afuera de la línea de cal, por lo que debía ignorar lo que pasaba en las graderías.
La policía escaseaba y la multitud estaba fuera de control, las autoridades belgas tuvieron que llamar a agentes del orden que estaban de franco para que vistan su uniforme y vayan «volando» al Heysel por que los hooligans estaban fuera de control.
Parte del público, desbordado saltó al campo de juego, y muchos cadáveres fueron puestos en un sector ubicado al lado de la cancha. Sin importarles nada, las autoridades optaron por que se juegue igual el partido y así se hizo.
La televisión alemana había pagado una fortuna por los derechos de este partido, pero su director al ser informado de lo sucedido en la previa, decidió, sorpresivamente anular la televisación del partido, minutos antes que la pelota comience a girar. Mediante periodistas explicó lo indignados que se encontraban con la UEFA, y que no iban a avalar este tipo de hechos repudiables.
Liverpool fue campeón europeo, pero esto no le importó a nadie, la noticia en el mundo entero fue la desgracia, la tragedia.
@lostribuneros
