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La justicia uruguaya no mandó a los jugadores de Peñarol y Nacional a la cárcel, como la ley lo estipula, pero supo pegarle a donde más le duele a los dos clubes más poderosos del vecino país: jugadores suspendidos por dos meses.
Nacional y Peñarol se preparan con todo para encarar la temporada que incluye Copa Libertadores, pero una trifulca en el medio de la cancha durante el partido clásico trajo consecuencias negativas para ambas instituciones que han invertido un buen dinero en sus jugadores. La justicia oriental dictaminó que los atletas involucrados en los hechos de violencia no podrán jugar al fútbol en territorio nacional, ya sea por Copa como por el campeonato local.
Nacional tendrá que jugar la ronda preliminar de la Libertadores en Bolivia, pagó la finanza, valuada en miles de dólares, de cada jugador detenido, para que éstos puedan viajar al altiplano, pero en última instancia un fiscal les negó la salida. De acuerdo a informaciones provenientes del vecino país, el popular equipo tricolor fue el más afectado, ya que los sancionados son jugadores de mucho peso en el platel.
El más popular de Uruguay, Peñarol, pese a todo, la sacará barata, ya que Estoyanoff, el que le conectó un golpe de puño en el rostro al jugador del tricolor, no está jugando nada bien y es víctima de constante lesiones. El ex atacante del Liverpool, que había sido pretendido por Independiente en su momento, Carlos Núñez, está a punto de ser despedido del club por serios problemas disciplinarios, por citar algunos casos.
Leonardo Burián, arquero de Nacional, precisaba ganar minutos de competición e iba a ser cedido a algún equipo de la primera oriental, pero tras esta decisión judicial, se quedó sin el pan y sin la torta. Santiago García, el atacante tricolor, tiene problemas con las drogas y no sería sensible su baja, pero las de Torres, Arismendi, González y el ya nombrado Burián, le dolerá mucho al muy buen entrenador Gerardo Pelusso.
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