Peñarol vuelve a tomar por hijo a Nacional y lo venció 3-2

(Foto: Tenfield.com.uy) Peñarol se llevó el clásico más viejo del mundo, tras superar a Nacional por 3-2 en un excelente partido de su arquero Juan Castillo. Los carboneros pudieron hasta haber goleado a su rival pero su hinchada protagonizó desmanes que paralizaron el partido por 11′. Danubio y River Plate quedaron solos en la punta y faltan 3 partidos para el final.

Un primer tiempo espectacular tuvieron Nacional y Peñarol, por el clásico más viejo del mundo, fuera de Gran Bretaña, ya que ambos entraron como leones hambrientos al campo de juego. Nacional se jugaba la punta, Peñarol quería ganar por el simple placer del triunfo clásico, además, arrebatarle la chance al tricolor de alcanzar la primera posición del Torneo Apertura.

Nacional comenzó con todo, arrinconó a Peñarol y no lo dejó respirar; a los 50 segundos los bolsos generaron la primera ocasión, luego Scotti, el capitán, a los 2’ mandó un cabezazo que paralizó los corazones de los hinchas del “más popular”. El dominio tricolor seguía y los mirasoles parecían que iban a claudicar, hasta que a partir del séptimo minuto, los aurinegros, con el veterano Tony Pacheco como abanderado, tomaron el control del mediocampo y comenzaron a sacar a los tricolores del área grande, llevando el juego a la mitad de la cancha.

Los nacionalófilos bajaron las revoluciones, dejaron de llegar en profundidad y ahí Peñarol se serenó y comenzó a tomar el balón, robándolo y manteniéndolo en su poder.

Nacional comenzó a dejar claros en el sector derecho de su defensa, los volates estaban lejos de los defensores, y Jonathan Rodríguez los sorprendió a los 15’, cuando a la carrera, se deshizo de su marcador y con un toque suave y cruzado, silenciaba a la multitud que apoyaba al local Nacional; Peñarol se ponía 1-0.

El gol mirasol enfureció a Nacional de manera tal, que como leones heridos fueron al ataque, no siendo ordenados pero el corazón los llevaba al arco defendido por un Juan Castillo que entró al campo con 6 brazos.

Peñarol le jugaba de contra y trataba, sin éxito, de rematar al rival, hasta que a los 27’ el veterano Iván Alonso ganó solo en el área y puso el 1-1, de cabeza.

El resultado era justo, Peñarol no era más que Nacional, pero Peñarol es Peñarol; mientras los hinchas tricolores aplaudían de pie y comenzaban a sentarse en sus butacas, llegó el batacazo dado por Aguiar, que de manera similar su compañero Rodríguez, con la misma fórmula, anotaba el 2-1 para el carbonero. Apenas 1’ le duró la alegría al bolso, porque el manya volvía a dominar el marcador.

Nacional fue pura pasión y poco fútbol, Peñarol, más cerebral, mantuvo la calma y supo responder en el fondo. Juan Castillo, fue la gran figura, conteniendo goles “cantados” del tricolor.

El segundo tiempo comenzó con Nacional atacando e intentando empatar, pero Peñarol entró con una “fórmula secreta” que solo sus atacantes la conocían, por eso, la volvieron a aplicar y de contra llegaron al tercero, cuando apenas iba 1’40”, el jugador Jonathan Rodriguez marcaba su segundo gol y dejaba a los mirasoles 3-1.

Tras el gol “manya” Nacional comenzó a entregarse, tenía menos rebeldía y a los ponchazos trataba de hacer algo, ante un arquero Juan Castillos parecía un pulpo, y a esa hora tenía tentáculos, en lugar de brazos.

El entrenador argentino de Nacional, el “Vasco” Arruabarrena puso en la cancha al veterano Álvaro Recoba para ganar mayor potencia en un ataque que estaba rendido.

El ingreso del “Chino” le dio mayor presencia a Nacional, pero Peñarol de contra lo quería lapidar; cuando los manyas estaban fabricando su cuarto gol, un grupo de hinchas del propio Peñarol, comenzaron a destrozar su tribuna e hicieron parar el partido por 11’.

Los desmanes fueron tal, que el árbitro Federczuk estuvo a punto de suspender la brega, la policía pudo contener a los iracundos hinchas, y el partido se reanudó.

La estupidez de un sector de los hinchas de Peñarol, favoreció a Nacional que tuvo tiempo para reorganizarse, ganó oxígeno y pudo juntar algo de energía.

Arismendi colocó un gol para el tricolor que encendió las alarmas, porque Nacional descontaba y quedaban 2-3.

Gonçalves, técnico de Peñarol, movió el tablero, sacó al emblemático Tony Pacheco, por ejemplo, y mandó a los veteranos Zalayeta y Estoyanoff, que no están a la altura de un club con tanta historia, incluso este último perdió un gol increíble.

El clásico en líneas generales fue parejo y Peñarol fue justo ganador porque supo hacer 3 goles y cuidarlos.

El mejor jugador de la cancha para la Banda Tribunera fue el arquero peñarolense Juan Castillo, a quien le ponemos 9 puntos.

River Plate y Danubio, sin Nacional en el camino, tienen servido el campeonato, ahora el que caiga: pierde.

Los tricolores, pese a la derrota, todavía tienen chances, aunque por lo general, es muy difícil que se levanten, tras una derrota ante su rival de todas las horas Peñarol.

Muy buen clásico, pena los estúpidos hinchas que van a hacer papelones.

@lostribuneros

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