El día que Marcelinho invadió la cancha

En 1988 jugaba El Tanque Sisley por el campeonato uruguayo de la segunda división frente a Rentistas. El partido se jugaba en el Estadio Charrúa, los bichos colorados eran un equipo de temer, ya que contaban con jugadores de primer nivel en sus filas y luchaban por el ansiado retorno a primera (Foto: Centalfutbolclub.blogspot.com)

Mi equipo, El Tanque, era la revelación del torneo, venía ganado partidos increíbles y esta no iba a ser la excepción.

El fusionado no la pasaba bien con el “Renta”, yo tenía 16 años y me encontraba en la popular del estadio junto a toda la hinchada, bah, con mi hermano que en esa época tenía 12 años y el “Piernaslocas” un amigo de 11. Nosotros tres éramos la hinchada.

Hacía frío y estaba soleado, el “Bicho Colorado” jugaba bien pero El Tanque le daba lucha; en un instante y como un flash que iluminó mi cabeza se me ocurrió la idea de invadir el campo y lo hice.

Salté a una fosa, levanté el alambrado perimetral y decidí ingresar al campo pero no entrar a la cancha. El línea detuvo el juego y el referí le ordenó a la policía que nos eche; le grité al árbitro “estoy aburrido en la tribuna ¿me deja ser alcanza pelotas?”, la cuestión es que mi hno. y su amiguito estaban detrás de mí, entonces el juez nos miró fijo -¿de qué cuadro son?, dijo, inmediatamente e inflando el pecho repliqué – Somos de El Tanque. El colegiado –vayan al arco de Rentistas, si el arquero se queja los hago sacar por la policía ¿tá claro?.

Nos quedamos detrás del arco maldiciendo al ciudapalos de apellido Dagnino, solo que éste nunca se enteró porque no queríamos que nos echen. La cosa es que el equipo fusionado, mi equipo, ganó 2-0 y en los vestuarios los jugadores, cabuleros ellos, me pidieron que haga lo mismo en el próximo juego de local; lo hice pero la policía me sacó volando y apenas me dejaron sentar en el murito que separa la tribuna de la cancha, antes de la fosa.

Parte de esto fue captado por la televisión, en especial cuando di una vuelta carnero que me costó miles de cargadas en la escuela técnica a la que concurría, tanto por parte de mis compañeros como las de los profesores… otro día la cuento con mejores detalles.

Pasaron 25 años pero de estas vivencias de adolescente uno no se olvida más.

@lostribuneros