Cerro ganó el clásico perfecto en campo de Rampla Juniors

La segunda mayor rivalidad del fútbol uruguayo terminó en un resonante triunfo de Cerro, que de atrás venció de visitante a Rampla Juniors. Media «Villa del Cerro» está de fiesta (Foto: Tenfield)

Cerro lo tiene de hijo a Rampla Juniors y este sábado se dio el gusto de ganarles en pleno Estadio Olímpico de la manera más sabrosa: de atrás y con un gol en los descuentos.

Un partido emocionante brindaron los populares Rampla Juniors y Cerro en una tarde espléndida vivida en el oeste de la ciudad de Montevideo. El estado del campo del Olímpico no era nada bueno, pero, el clima en las tribunas era el mejor.

El partido venía calentito desde antes de jugarlo, ya que la directiva ramplense logró que el juego se lleve a cabo en su campo. Cerro, al poner el balón en juego, trató de sorprender, pero Rampla de contra se puso 1-0. Iba apenas un minuto de juego.

La brega fue bien disputada, con pierna firme pero sin pegarse. Fue tan leal el partido clásico que el referí no necesitó exhibir ni un cartón amarillo siquiera.

Rampla dominaba, era el amo y señor del jugo. Los Picapiedra estaban entonados porque el domingo le ganaron por 3-2 a Peñarol, además, sabían de lo mala que es la defensa de Cerro, por eso, lo pusieron en un arco durante el primer cuarto.

El equipo rojiverde debió haber anotado cuando tuvo oportunidad, ya que Cerro no pegaba una atrás. Los clásicos son para los oportunistas y no para quienes juegan bien.

Los ramplenses no liquidaban, Cerro comenzó a afirmarse en el campo, dominó la mitad y la cosa fue otra.

Para el complemento los cerrenses presionaron y lucharon por pagarle con la misma moneda a Rampla, quien anotó de movida, y cuando iban apenas 4′ de juego, Silveira puso justicia en el marcador.

Rampla se quedó, no reaccionaba, se notó que se quedaron sin piernas, lo que benefició a un Cerro que lo esperaba más adelantado.

Se acercaba el final, Rampla volvió a tomar la iniciativa y no se conformaba con el empate, yendo con todo en busca del desequilibrio.

El reloj llegó a los 90′ y el referí adicionó 5′, lo que le vino de perillas al local Rampla, quien tendría más tiempo para poner el esperado gol, pero sucedió todo al revés; Cerro, a los 93′, se puso 2-1 gracias al gol anotado por Fabricio Núñez, que aprovechó un grosero error defensivo.

Fue un inesperado gol que le cayó al público ramplense como un balde de agua helada. La fiesta en las tribunas, el colorido rojo y verde, pasó a ser pálido y oscuro.

Sebastián Fuentes, arquero de Cerro ligó un brutal pelotazo en su frente, cerca de la sien, que lo noqueó, pero pudo recobrar el conocimiento y seguir jugando. Su compañero Pablo Caballero quedó tendido víctima de una bomba de estruendo arrojada por hinchas locales.

Rampla Juniors quedó herido en su honor, porque perdió de atrás y, para peor, en casa.

Cerro sigue en el fondo de la tabla de posiciones, pero nadie podrá quitarle la alegría. Salvaron el año.

@lostribuneros

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