Brasil y Argentina, rivalidad y emociones

Son probablemente las dos potencias de Sudamérica en general. Y en el fútbol, más todavía. Junto a Uruguay, constituyen el trío de supergrandes de estas tierras. Cada vez que se anuncia un encuentro entre ellos, la rivalidad, los nervios, la expectativa, la adrenalina aumentan. Brasil y Argentina juegan una vez más, la 103, el superclásico del balompié ya no sólo de la zona , sino del mundo. Los gigantes se verán la cara el jueves en Belo Horizonte por la eliminatoria de Rusia 2018. Y como siempre, la sed de victoria sobre el rival de toda la vida crece, más aún con este contexto mundialista tan trascendente. Como ha sido a lo largo de su centenaria historia.

Los “hermanos”, como dicen en Brasil, se encontraron por primera vez en 1908, pero no de manera oficial, sólo con combinados. El 9 de julio, en el estadio Das Laranjeiras de Río de Janeiro, Argentina ganó 3 a 2 con goles de Víctor Etchegaray en contra, Dickinson y Burgos, y Rafael Sampaio y Emile Etchegaray para los locales. Fue recién en 1914 que se considera el primer partido oficial, con selecciones representativas de sus federaciones. Fue el 20 de septiembre, un amistoso en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), el legendario lugar de aquella época, donde los argentinos, muy superiores por entonces, golearon 3 a 0 por Carlos Izaguirre a los 41 y 65 minutos y Aquiles Molfino a los 57. Con arbitraje del uruguayo León Peyrou, Argentina alistó a Muttoni; Roberto González, Reparaz; Aldea, Molfino, Sayanes; Lamas, Leonardi, Piaggio, Izaguirre y Crespo. Brasil puso a Marcos; Píndaro, Nery; Octavio Egidio, Lagreca, Pernambuco; Millon, Oswaldo Gomes, Friedenreich, Bartho I y Arnaldo. Justo una semana después, los brasileños se tomaron desquite y ganaron su primer clásico, en el mismo lugar por 1 a 0 con gol de Rubens Salles.

Pero la albiceleste, junto a Uruguay quien dominaba el fútbol mundial, predominó claramente hasta entrados los años 60. En 1916 jugaron por la primera Copa América, llamada Campeonato Sudamericano, y empataron 1 a 1 en GEBA. Argentina comenzó una racha de varios triunfos, como en 1919 un gran 3-1 en Río de Janeiro por el torneo regional. Fue así hasta que en 1922 Brasil se impuso 2-0 por el Sudamericano en su país. En 1925 volvieron a verse por el campeonato, reducido a un triangular con Paraguay, con 4-1 de Argentina y 2-2, y allí no se enfrentaron hasta 1937.

El 1 de febrero del 37 se produjo la primera gran emoción del superclásico, a favor argentino. Tras la fase regular del Sudamericano jugado en el viejo estadio de San Lorenzo, el “Gasómetro”, debieron definir el título en partido desempate. Luego de los 90 minutos terminaron 0-0, y en el alargue, el excepcional Vicente De la Mata conquistó dos goles para darle la Copa a nuestro país. Que siguió mandando en la historia, que además de la Copa América se jugaba por la Copa Roca, en la que el 5 de marzo de 1940 consiguió su mayor goleada, un 6-1 en el Gasómetro, con dos goles de Herminio Masantonio, tres de Carlos Peucelle y uno de Emilio Baldonedo, los cracks de la época. También sumó éxitos en los regionales del 45, 46 y 57, mientras los brasileños produjeron su victoria más amplia con un 6-2 por otra Copa Roca, la de 1945, el 20 de diciembre en Río con dos de Menezes, Leónidas, Zizinho, Chico y Heleno de Freitas, marcando Adolfo Pedernera y Rinaldo Martino para el visitante.

El 7 de julio de 1957 no fue una fecha cualquiera. El grandioso Edson Arantes do Nascimento, Pelé, marcó su primer gol en el superclásico, por la Copa Roca en el nuevo Maracaná, a los 76 minutos, el primero de los 8 que le hizo a Argentina, que igual ganó 2 a 1 por Angel Labruna y el “Gitano” Juárez. Dos años después, Pelé convirtió en nuestro país por la Copa 59, en un 1-1 en el Monumental. Pero el momento más recordado del Rey en este duelo fue en 1964. Brasil organizó la amistosa Copa de las Naciones, un cuadrangular con la Selección, Inglaterra y Portugal. Y Argentina, que venía muy mal por entonces, fuera del Mundial de Chile en primera fase, no sólo se llevó el certamen con tres victorias, sino que el 3 de junio en Sao Paulo le infligió lindo 3-0 por Ermindo Onega y doblete de Roberto Telch. El genial Amadeo Carrizo le atajó un penal al gran Gerson, y José Mesiano, recio zaguero de Argentinos Juniors, marcó muy bien a Pelé, que se cansó y le dio un cabezazo que le fracturó el tabique nasal.

Otro triunfazo albiceleste fue el 4 de marzo de 1970, cuando en Porto Alegre venció al mejor Brasil de toda la historia, el que luego dio exhibición en el Mundial de México, con Pelé a la cabeza. Argentina estaba eliminado de la cita, pero se dio el gusto de ganar 2 a 0, con goles de Oscar “Pinino” Mäs y Marcos Conigliaro; tiempo más tarde, el técnico brasileño, el controvertido Joao Saldanha, fue despedido y asumió Mario Zagallo. Pero desde ese hito, tuvieron que pasar nada menos que 13 años para un nuevo éxito argentino. En el medio, se enfrentaron por primera vez en los Mundiales: en 1974 en Alemania, donde Brasil ganó 2-1, en 1978 en Rosario, empate a cero, y en 1982, gran triunfo de los de Zico 3-1, puntapié de Maradona a Batista, expulsión del 10 y eliminación de España 82. Y en enero del 81, por el Mundialito de Montevideo, fue 1 a 1 con el único tanto de Diego a los brasileños.

La racha adversa la cortó en 1983 Carlos Bilardo, que hacía meses había tomado la Selección. El 24 de agosto, por la primera ronda de la Copa América en el Monumental, el nuevo seleccionado hizo gran partido y se impuso 1 a 0 con gol de Ricardo Gareca a los 55 minutos. Pero nuevamente Brasil tomó el mando del historial y fue casi invencible, tanto que por casi tres años se mantuvo sin perder ante Argentina en todas las categorías, incluso juveniles. Hasta lo dejó afuera de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, cuando por los cuartos de final lo derrotó 1-0 con gol de Geovani.

Así llegó aquel 24 de junio de 1990, mediodía de gran expectación y teleaudiencia en ambos países. El destino había querido que en el mismísimo Mundial de Italia, los colosos se eliminaran en octavos de final. Brasil venía de dos frustraciones en el 82 y 86, Argentina de una mediocre campaña y mucho descrédito a sus jugadores y a Bilardo. En el majestuoso Delle Alpi de Turín, los de Sebastiao Lazaroni, con Careca, Muller, Alemao o Dunga, fueron un aluvión y crearon montón de chances, pero entre Sergio Goycochea y los postes le dijeron que no. Y a los 78 minutos, Diego Maradona eliminó a su amigo del Nápoli Alemao, cruzó para Claudio Caniggia y el delantero del Atalanta eludió a Taffarel y marcó el triunfo más grande de los albicelestes sobre su eterno rival. Ricardo Gomes fue expulsado, Muller se perdió el empate solo ante Goycochea y Argentina continuó rumbo a su brillante subcampeonato. Esa tarde formó con Goycochea; Simón, Monzón, Ruggeri; José Basualdo, Giusti, Olarticoechea, Troglio (Calderón 63´), Burruchaga; Caniggia y Maradona.

En esa década el encumbrado equipo de Alfio Basile produjo otro memorable momento. Fue por la Copa América, por donde en el 91 había ganado 3-2 y sido campeón. En Ecuador 1993, aquel 27 de junio en Cuenca el fútbol los puso otra vez a eliminarse en los cuartos de final. Muller inauguró el marcador para los de Carlos Parreira, pero Leo Rodríguez empató y en los penales, Sergio Goycochea repitió su hazaña del 90 y le atajó a Marco Antonio Boiadeiro. Jorge Borelli marcó y Argentina fue de nuevo por sobre su enemigo hacia el título, el último hasta hoy en mayores. Y cinco años después, otro hito: tiro de lejos del Piojo Claudio López y un 1-0 amistoso para ganar en el Maracaná tras 39 años, previo al Mundial de Francia. Los brasileños tuvieron su revancha en los segundos 90: en la Copa América Uruguay 95, Tulio y su descarada mano empataron 2 a 2 y ganaron por penales, y en Paraguay 99, Sorín puso arriba a la nacional, pero Rivaldo y Ronaldo lo dieron vuelta, Dida le negó un penal a Roberto Ayala y la verdeamarelha dejó afuera a la Selección de Marcelo Bielsa.

Con el nuevo milenio y el siglo XXI, llegaron las eliminatorias todos contra todos. Y Brasil, que para el 98 no jugaba por campeón, ahora se veía con Argentina casi una vez por año. Para Corea-Japón 2002, el 26 de julio de 2000 en el Morumbí de Sao Paulo, los de Vanderley Luxemburgo vencieron 3-1 con goles de Alex y Vampeta (2), descontando Matías Almeyda, pero la revancha en River fue para Argentina 2-1 con un autogol del zaguero Cris. Previo a Alemania 2006, en Belo Horizonte, un triplete de Ronaldo hizo un 3-1, pero Hernán Crespo y Juan Román Riquelme le devolvieron el 3-1 en River en 2005. Sin embargo, el “scratch” mandó de nuevo y ganó ante su primo la Copa América 2004 en Perú, con el 2-2 de Adriano y los penales, la Confederaciones Alemania 2005 por 4-1, el debut de la segunda era de Alfio Basile en Londres 3-0, otra Copa en Venezuela 2007 por 3-0 y un claro 3-1 en Rosario previo a Sudáfrica 2010. La racha la rompió Lionel Messi en 2010 en Qatar, exótico lugar del superclásico, cuando señaló en el minuto 90 el 1-0 amistoso para los de Sergio Batista. Y esta década Messi y Neymar, los nuevos astros de esta historia, aparecieron en su dimensión. La Pulga marcó un triplete en el 4-3 amistoso en Estados Unidos en 2012 con la selección olímpica, mientras que su amigo del Barcelona hizo su primer tanto en el nuevo Superclásico de las Américas de 2011. Como Brasil fue sede del Mundial no se enfrentaron para 2014, y lo volvieron a hacer el 13 de noviembre de 2015, el último ovicial hasta hoy, cuando en el Monumental igualaron 1 a 1 por Lavezzi y Lucas Lima. Ahora llega una nueva hora. Una nueva rivalidad. Nuevas emociones. Las que dos gigantes como Brasil y Argentina pueden producir.

Reviva el triunfo de Italia 90:

Los 90 – 1990 Mundial Italia 4, Argentina 1 Brasil 0
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Diego Martín Yamus.
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