Fútbol olímpico hacia atrás: los locos zambianos del 88

Hasta 1988, Africa no significaba mucho en el mundo del fútbol, salvo alguna campanada mundialista tipo Camerún y Argelia en España 82 o Marruecos en México 86. Mucho menos en el contexto de los Juegos Olímpicos, donde sólo Egipto había cosechado dos cuartos puestos en 1928 y 1964. Pero aquella primavera de Seúl 1988, un nuevo país sorprendió con una actuación memorable, más allá de no haber pasado los cuartos de final. Lo que Zambia, la nación del sur, del cobre y de las cataratas Victoria, gestó en tierra surcoreana será para siempre una de las grandes historias de los Juegos.

Los Chipolopolo, “balas de cobre” en dialecto africano, debutaban en la competencia tras haber eliminado a Ghana en una definición emocionante, ganando 2-0 en su capital Lusaka y perdiendo 0-1 en la revancha en Accra, pero pasando por diferencia de gol junto a Nigeria y Túnez. Esa tarde, el inolvidable arquero Efford Chabala atajó varias pelotas imposibles, incluido un penal, y los ghaneses, que iban arriba desde los 15 minutos, no pudieron hacer otro gol y Zambia fue a Seúl 88, donde le esperaba ser partenaire del potente Italia, Irak y Guatemala, éste en reemplazo de México, suspendido por la FIFA por dos años por adulteración de edad de su Sub 20.

El gran delantero Kalusha Bwalya, hoy presidente de la Federación de su país, era la figura de ese conjunto dirigido por Samuel Ndlovu. Bwalya, entonces en el Cercle Brugge de Bélgica, estaba junto a su tocayo Johnson Bwalya, Chabala, Musonda, Nyirenda, Makinka y otros jugadores que luego se destacarían en la mayor. El debut no presagiaba gran cosa, ya que el 17 de septiembre en Taejon, Zambia igualaba con los iraquíes 2-2, remontando una desventaja inicial con goles de Nyirenda y Kalusha, pero haciendo tablas al final. Mientras tanto, los italianos arrasaban a Guatemala por 5 a 2.

Nadie en su sano juicio iba a pronosticar lo ocurrido dos días después, el 19 de septiembre en Kwangju. Con alrededor de 9800 espectadores y el inglés Keith Hackett de árbitro, Italia dominaba el encuentro hasta que a los 41 minutos, Kalusha Bwalya recibió un pase, se metió en el área y superó a Stefano Tacconi, el arquero campeón con la Juventus en 1985, para la apertura del marcador. El relator de la TV italiana no entendía nada. Menos cuando a los 11 del segundo tiempo, Bwalya ejecutó un tiro libre con la barrera armándose y marcó el segundo, hecho que generó la protesta de los azzurros. A los 19, un remate de Johnson Bwalya se desvió en el defensor Pellegrini y fue el tercero. Y sobre la hora, cuando los europeos querían irse, Kalusha hizo su triplete y el famoso, tremendo 4 a 0. La prensa no cabía en su asombro, tanto la de Italia como en Argentina, donde algunos creyeron que el resultado era al revés. Incluso, el gran Oscar Gañete Blasco, al comentar el resumen en el canal ATC de Buenos Aires, tuvo lío para pronunciar el apellido de Bwalya, lo mismo que otro grande, Julio Ricardo, tres días más tarde en la goleada ante Guatemala.

El 21 en Kwanghju, Zambia repitió el 4-0 a los centroamericanos, con dos de Makinka y otros de Kalusha Bwalya, uno de penal, y así ganó el grupo B para ir a enfrentar a la potente Alemania de Jürgen Klinsmann y Thomas Haessler en cuartos de final. Ese 25 nuevamente en Kwangju, los alemanes fueron demasiado y con tres de Klinsmann golearon 4 a 0 y terminaron la epopeya de Zambia. Pero hubo recompensa, ya que Zambia fue la mejor selección del continente y Kalusha Balón de Oro de France Football. Además, la aventura de los naranjas fue un preludio de lo que vino después: la primera medalla para Africa con Ghana en Barcelona 92, y ni hablar los oros de Nigeria en Atlanta 96 y Camerún en Sydney 2000. Igual, la historia les reservó un lugar eterno a aquellos locos de Zambia de 1988.

Reviva aquí la hazaña de Zambia ante Italia:

Los 80 – 1988 Juegos Olímpicos de Seúl 2 – Zambia 4 Italia 0
www.youtube.com
Histórica goleada de la Zambia de Kalusha Bwalya en el fútbol de Seúl. Y esa actuación de Zambia me generó un nuevo fenómeno, dentro de lo que ya era todo un …

Diego Martín Yamus
diegoanita@hotmail.com.ar

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