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Canadá venía amenazando en los anteriores Juegos Olímpicos con lograr algo histórico para su fútbol femenino, con dos medallas de bronce. Este viernes lo concretó con un tan sorprendente como merecido triunfo sobre la anterior subcampeona Suecia, hasta aquí casi destinada al oro.
Luego del empate a un gol en Kashima, debieron ejecutarse 12 penales para que las del Norte ganaran 3 a 2 y se llevaran su primer oro, que sólo su vecino Estados Unidos había hecho, esta vez tercero. Blackstenius le dio la ventaja a las europeas y parecía cumplirse el pronóstico, pero Fleming (la heroína en el clásico semifinal con las estadounidenses) igualó antes de los 90. Y en tensa y errática definición, con varios tiros desde el punto penal en el palo o atajados de ambos lados, fueron las de rojo que se impusieron 3 a 2 y conocieron la gloria, tan inesperada como notable.
Estados Unidos, con sus estrellas y veteranas, se quedó con un bronce muy chico para quien ganara 4 de 6 ediciones, al batir 4 a 3 a otro excelente equipo como Australia, con arbitraje de la argentina María Laura Fortunato. Dos goles de Rapinoe y dos de Lloyd, emblemas de la potencia femenina, sirvieron para el podio, mientras Kerr, Foord y Gielnik descontaron. Kerr fue la segunda goleadora con 6 tantos, detrás de la tremenda neerlandesa Viviane Miedema, autora de 10.
Este sábado se define el premio grande para los hombres. España y Brasil ( que va por el bicampeonato) animarán en Yokohama la final soñada, tan lejos de la que estuvo una pobre Argentina.
Diego Martín Yamus.
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