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Los bávaros le tomaron la mano al exitoso Pep Guardiola y se devoraron en Inglaterra al Manchester City en pleno Estadio Etihad, por el Grupo D. Bayern Munich comanda las acciones en la Champions a toda orquesta.
El rojo de Bavaria defiende su corona a capa y espada en esta edición de la Champions, sin dejarse amedrentar por los casi 50.000 aficionados que desde las graderías apoyaban a su amado Manchester City.
Los germanos entraron a la cancha con un solo cambio, ingresando Thomas Müller en lugar el croata Madzukic, mientras que su rival, dirigido por el chileno Manuel Pellegrini mandó al anco a David Silva y Álvaro Negredo, colocando en su lugar a Dzeko y Agüero.
La primera emoción del juego fue para la visita, cuando en el séptimo minuto de juego el francés Ribery recibió una pelota a 5 metros del vértice del área, la acomodó y sacó un inesperado zapatazo que salió con tanto efecto, que el arquero no la pudo contener y se le clavó en el ángulo inferior derecho.
El gol puso furioso al elenco Ciudadano que fue en busca del empate, solo que enfrente había un equipo con ideas y excelente material humano; Bayern, quien sabía lo que hacía cada vez que tenía el balón, no estaba dispuesto a regalarles nada.
Pep Guardiola paró en la cancha muy bien a su equipo y eran ellos los dueños del balón, de la explosión y los encargados de sorprender; Bayer, por su lado, tenía todo calculado y eso le jugó a favor.
En el complemento, el Manchester City se pudo soltar e intentó, con algo mejor de movilidad, sorprender a los bávaros y marcar el ansiado gol del empate, pero la habilidad la tienen los germanos, que por algo son los campeones defensores; Arjen Robern intentó aumentar a los 9’ pero por esas cosas del fútbol no consiguió anotar, pero poco les importó, luego que solo un minuto después, el jugador Müller pareció comunicarse telepáticamente con el brasileño Dante, ya que el lateral tiró un centro cruzado y al vacío desde su sector, el atacante se deshizo de la marca y quedó solo para bajar el balón, eludir al pobre Hart y anotar el 2-0.
Con este resultado el City estaba noqueado y, aunque faltaba mucho todavía, estaba rezando para que se le adelante el reloj al referí y lo termine cuanto antes.
Arjen Robben recibió un balón que fue robado en la línea media del campo, comenzó a correr a todo vapor en los últimos metros, entró como perico por su casa al área Celeste, nadie fue capaz, aunque sea, de hacerle falta, por lo que sacó un zapatazo fuerte y rastrero, anotando el 3-0.
Los ingleses no se rendían, los alemanes tampoco; pese al desgaste por la alta exigencia, fue el Bayern quien quiso aumentar, Müller la tuvo, pero la pelota se estrelló en el parante y para los locales James Milner sacó un vehemente remate que terminó siendo desviado por Neuer.
El baile estaba consumado y era imposible que el City pudiera revertir la situación; Álvaro Negredo a los 33’ recibió un balón dentro del área grande, lo pisó, dio una media vuelta y sacó un latigazo cruzado que terminó en el fondo de las piolas: 1-3.
El gol encendió una luz de esperanza en los británicos que todavía tenían 12’ para ver si podían lograr un milagro; Yaya Touré intentó descontar a los 41’ pero una oportuna falta de Boateng lo impidió, el alemán vio la roja y el español Silva cobró la falta pero la pelota terminó rebotando en la transversal.
3-1 ganó Bayern y es puntero con 6 unidades del Grupo D.
En el otro juego, el CSKA de Moscú dio cuenta, en casa, del Victoria Pilzen por 3-2.
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