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El Rojo de Avellaneda arrancó muy mal el Torneo Final, tras caer por 3-1 ante Newell’s en el Libertadores de América. Independiente tuvo muy buenos momentos y hasta malogró un penal. Los Diablos permanecen en la zona de descenso directo.
Un verdadero partidazo nos entregaron Independiente y Newell’s en la ciudad de Avellaneda, ya que los dos jugaron a cara de perro; Los Rojos no podían perder y los Leprosos no querían ceder puntos.
Por eso, ambas escuadras jugaron con todo y el partido estuvo muy bueno.
Independiente entró a la cancha con la intención de abrir rápidamente el marcador, mientras que los rosarinos entraron muy bien parados, ordenados en el fondo y la mitad de la cancha y con una salida de contra explosiva, utilizando las bandas laterales.
Scocco, el implacable atacante leproso abrió el marcador a los 17’ pero Independiente, que no se amilanó, a los 21’ puso el equilibrio por medio de Tula.
Con el empate parcial del Rojo, el marcador era incierto, pero daba la pauta que Independiente lo iba a revertir. Jugaba con todo en el ataque y tenía el dominio táctico.
En pleno partido se largó una brutal tormenta, la lluvia torrencial condimentó un partido que, de por sí, era de altas revoluciones.
En el complemento, Independiente siguió con la iniciativa pero les faltó algo de fortuna, luego que Contrera abandone el campo lesionado y sea reemplazado por el veterano Tuzzio, quien también tuvo que marcharse lesionado a los 19’.
Newell’s era ordenado en la mitad del campo y no se dejaba amedrentar por los hábiles y experimentados atacantes rojos; esperaba cerca de su área y le jugaba de contra. A Independiente no le servía el empate, por eso, fue con todo en busca de los tres puntos, imprescindibles para engrosar resquebrajado promedio.
Heinze cometió una falta en su área, y sin dudar el árbitro Pompei lo sancionó; el público en las graderías vibraba, cruzaba los dedos y aplaudía porque el veterano Ernesto Farías tenía a sus pies la chance de dar vuelta el resultado y, así, cambiar la historia.
El “Tecla” remató, pero le pegó con tanta vehemencia y tan de abajo que el balón pinchó una nube. La gente, llena de bronca y empapada por la torrencial lluvia, no daba crédito a lo sucedido.
Goles errados son goles en contra, reza el viejo y repetido refrán que jamás pierde vigencia; a Newell’s los realizados por Martino, le dieron frutos, ganaron mayor velocidad en la salida de contra y allí llegó el segundo gol. Otra vez, Scocco, el gran goleador leproso, puso su segundo tanto a los 32’ y el 2-1.
Independiente, no reaccionaba, el penal errado y la conquista de Scocco los dejó perplejos, y abusando de esa perplejidad Pablo Pérez colocó el lapidario 3-1 a los 37’.
Américo Gallego en la primera etapa, tras una dura protesta contra el árbitro fue expulsado.
El Rojo sigue anclado en el descenso directo y parece que de ahí no podrá ser rescatado, aunque esto es solo el comienzo.
@lostribuneros
