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Entre los 13 primeros aventureros de la Copa del Mundo, en 1930 en Uruguay, estaba Argentina, junto al local firme candidato para ganarla. Su primer partido era contra Francia, el mismo que había inaugurado la historia, y terminó con triunfo albiceleste bastante accidentado. Casi antes de terminar en la realidad.
Era claro que la Selección, dirigida por el futbolista de Racing Club Francisco Olazar, era la enemiga número 1 del público local. No sólo por la dura rivalidad en los Campeonatos Sudamericanos (actual Copa América) sino por la presencia del centromedio Luis Monti, que era de meter pierna a veces de más. Por eso ese 15 de julio, en el Parque Central (aún no estaba listo el gran Centenario) la gente alentaba ruidosamente a los franceses, y explotó cuando Monti le entró duramente a un rival.
Pero eso no fue lo único que deslució el 1-0 final, gol justamente de Monti faltando diez minutos. Porque cuando restaban seis, el árbitro brasileñio Gilberto de Almeida Rego silbó por error el final de los 90 . Los galos rodearon a Rego y le reclamaron el asunto. El juez estuvo un rato sin entender, hasta que miró su reloj y se dio cuenta del tiempo real. Se jugaron los seis minutos, ganó Argentina y así inició el camino a la decisión con Uruguay, que perdería 4 a 2. Ese día, el tiempo fue la figura del debut victorioso de la Selección.
Diego Martín Yamus
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