Hasta el Mundial de España en 1982, Paolo Rossi era simplemente un delantero prometedor, capaz de marcar goles, pero aún no estaba en la cúspide de los Maradona, Zico o Platini que él admiraba. Pero fue en ese torneo, más concretamente en su tramo final, que una ráfaga de sus cualidades catapultó a él y a su selección a la gloria.
«Pablito», como se lo conoció, había nacido un 23 de septiembre de 1956 y debutó en la cantera de la Juventus en 1973, de donde pasó a los modestos Como en 1975, Vicenza en 1976 (al que ascendió a la Serie A) y Perugia entre 1978 y 1981. Con apenas partidos en la azzurra, disputó el Mundial de Argentina 78 y fue figura junto a Roberto Bettega. Sin embargo, mientras militaba en el Perugia se vio envuelto en el escándalo de apuestas ilegales recordado como Totonero, por el que fue suspendido en 1980 por dos años. Estaba en peligro su carrera, su incipiente prestigio y su parte en el Mundial de España.
Dios le tendió dos manos. La Federación Italiana le rebajó la sanción y pudo regresar al fútbol. Y su técnico nacional, Enzo Bearzot, creyó en su potencial como en el 78, cuando nadie lo conocía, y lo convocó para España 82. Obviamente falto de ritmo Rossi fue una sombra en el inicio, recibiendo los dardos de la impiadosa prensa local, que lo consideraba un «fantasma en el campo de juego». Encima, Italia jugó muy mal, empató sus tres encuentros del Grupo 1, uno con el debutante Camerún, y pasó de ronda sólo por un gol más que los africanos.
Pero en esa segunda fase de grupos Paolo se destapó. El 29 de junio en el viejo estadio Sarriá de Barcelona complicó a la defensa argentina en el triunfo 2 a 1. Y el 5 comenzó su ráfaga de goles tan esperada. Ni le importó si enfrente tenía a un tal Brasil, candidato número 1 a campeón. A los 5 minutos inauguró el marcador de cabeza. Luego del 1-1 de Sócrates a los 12, aprovechó un error de salida brasileño y desniveló a los 25. Falcao estampó de gran tiro el 2-2 a los 68 y Brasil volvía a pasar a semifinales. Paolo tenía algo más guardado: a los 75, tras un córner de Conti y un despeje, Tardelli envió de nuevo al área chica y el goleador de media vuelta dio el épico 3-2 a la azzurra y el golpe a la verdeamarela.
Nadie creía ni apostaba por más del centrodelantero. El 8 era la semifinal con la dura Polonia en el Camp Nou. Y rossi definió todo: a los 22 cabeceó impecable un tiro libre de Antognoni, y faltando 18 minutos concluyó un rápido contraataque con el 2-0 y la final. Ahora el 11 era el Santiago Bernabeu de madrid quien lo quería como artista exclusivo, en la finalísima con la poderosa Alemania Federal. Luego de 45 minutos sin goles, con un penal errado por Cabrini y la salida temprana de Graziani por lesión, Rossi volvió a cconvertir, seguramente su gol más importante. A los 56 minutos ganó de nuevo en un tiro libre y de cabeza abrió el triunfo 3-1, el tercer título (quién hubiera dicho) de Italia y su gloria personal.
Es que esa seguidillia novelesca de seis goles lo hicieron máximo artillero de la Copa del Mundo, parte del equipo ideal y famoso para siempre. Porque si bien luego ganaría todo con la Juventus, jugaría en el Milan, le haría dos tantos al Inter y hasta iría a México 86, nuncca más repetiría al Paolo del 82. El que dejó sus recuerdos imborrables desde el pasado jueves 10 de diciembre, cuando partió a los 64 años. El eternamente coronado por la felicidad futbolera.
La tarde que Paolo amargó a Brasil:
World Cup 1982 2nd Round: Brasil 2 – 3 ItalyPartido del Grupo C por la Segunda Ronda de la Copa del Mundo EspaC1a ’82, entre Brasil e Italia. Goles: BRA: 12′ Socrates, 68′ Falcao. ITA: 5′, 25′ y 74′ Paolo Rossi.www.youtube.com |
Diego Martín Yamus.
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