Los canaleros dieron el batacazo en Estados Unidos al volver a vencer a México y meterse en la final ante el dueño de casa. Panamá superó con total justicia a los aztecas por segunda vez en el certamen. Se jugó en el estadio de football americano (adaptado) de los Cowboys de Texas ante 80.000 aficionados (Foto: ESPN)
Excelsior. CIUDAD DE MÉXICO, 25 de julio.- Las pobres y predecibles ideas de José Manuel de la Torre, aunadas a la medianía de los jugadores que llevó a la Copa Oro, tienen al representativo de Panamá instalado en la final del torneo de la Concacaf. El fracaso Tricolor se fraguó con un 2-1 en contra inobjetable y bien trabajado por el equipo canalero.
El técnico panameño Julio César Dely Valdés hizo lo que el Chepo no ha podido a lo largo del año. Juntó a un cuadro serio, lo trabajó a fondo y lo llevó a desarrollar un futbol lo demasiado potente para fulminar a un equipo que llegaba como el máximo favorito y campeón reinante de la justa, aún a pesar de los trompicones que ha tenido en los últimos meses.
Durante 25 minutos Panamá asumió el rol que le correspondía tomar al equipo mexicano. Tuvo la pelota, la circuló con idea e imprimió un ritmo que desquició a su rival para tomar la ventaja en una acción originada por una falla en la salida.
En el 12’, después de mandarle un par de avisos a Jonathan Orozco, el contención Alejandro Castro perdió el balón en el mediocampo, lo tomó Alberto Quintero, y cerca del área lo cedió a Blas Pérez para que definiera con un potente tiro pegado al poste izquierdo.
2 derrotas
le propinó Panamá al Tri en la Copa Oro. Las primeras en su historia
Los tricolores, nublados por la desventaja, empezaron a correr desquiciados, sin orden ni intención que pudiera revertir el marcador. Su falta de capacidad quedó manifiesta y el guión del encuentro sólo se vio interrumpido por un destello de Fabián.
El de las Chivas, en el minuto 25, tomó el esférico por la banda izquierda, se lo presentó al defensa, lo eludió y sacó un centro preciso al sector donde apareció sin marca Luis Montes. El del León únicamente lo empujó con un testarazo a las redes.
El tanto pareció darle a los mexicanos el envión anímico que requerían y la confianza de tomar el control del juego; los canaleros dudaron, se replegaron, pero la calidad de los primeros hizo que el desconcierto no sirviera de nada.
Tras el descanso, Dely Valdés tuvo una nueva muestra de sapiencia y reacomodó a sus muchachos para lograr el mismo resultado de la primera mitad. Desde que se pitó el reinicio fueron los caciques del balón, los que marcaron la pauta y quienes asumieron la ventaja. José Manuel de la Torre, como reacción, sólo regañó a sus jugadores, sin ponerse a meditar en sus carencias dentro del banquillo.
En un cobro de tiro de esquina, que evidenció la falta de trabajo y las eternas carencias del capitán Joel Huiqui, Román Torres puso el 2-1 de cabeza. El zaguero del Morelia lo perdió de vista con un movimiento de la cadera y sólo se dedicó a corretearlo dentro del área.
Sacudidos, los verdes se perdieron en la cancha, mientras que el Chepo, como reacción, sólo lanzó gritos, sin demostrar nada novedoso en cuanto a táctica; hizo lo que acostumbra, lo de siempre: cedió toda la responsabilidad a los jugadores y ocultó su ineficacia. Para él, la derrota no se fraguó en la cancha.
Fuente: Excelsior.com.mx