Liverpool se hizo la fiesta en Múnich

Los de Anfield dejaron afuera de la Champions League al Bayern Munich. Vencieron por 3-1 en Alemania por octavos de final. Errores defensivos bávaros y gran victoria.

Nada peor que un compatriota, y sí, así fue, porque el alemán Jürgen Klopp, ex entrenador del Borussia Dortmund supo dónde pegarle a sus compatriotas y ex rivales, así se llevó el partido y clasificación.

Como era lógico, se iba a ver un partido cerrado porque en Liverpool habían igualado sin goles y los bávaros tenían todo para sellar su pasaporte a cuartos de final, debido a que jugaban en casa con la presión de su afición.

Los primeros 25′ fueron tediosos y de mucho estudio. Para peor el capitán Henderson duró apenas 12′ en la cancha porque una lesión lo marginó del cotejo y su lugar lo ocupó Fabinho.

Intentaba Bayern con Lewandowski y la compañía de Ribery y Gnabry, pero la férrea defensa de los Reds estaba muy atenta con Matip y Van Dijk como centrales y el apoyo del reemplazo de Henderson, Fabinho y Wijnaldum

En el ataque los de Klopp tenían a un inquieto y atrevido Mohamed Salah, pero daban contra un muro.

El primer tiro del Liverpool llegó recién en el minuto 24 por medio de Roberto Firmino, quien probó de afuera. Acto seguido, el defensor neerlandés Virgil van Dijk le puso una pelota profunda a Sadio Mané, quien vio que Manuel Neuer estaba parado detrás suyo de manera inexplicable, allí pivoteó y con el arco libre marcó el primer gol del partido.

La sorpresiva conquista del Liverpool cambió el rumbo del partido, que pintaba para un aburrido 0-0. Obligaron al Bayern al meter para adelante y de pronto se volvió un partido abierto.

Se puso lindo el juego y el Bayern pisó el acelerador, logrando el empate gracias al gol en contra marcado por el camerunés Matip.

Mohamed Salah seguía imparable y abrió una brecha por su sector obligando a los volantes y defensores alemanes a correr más que de costumbre, llevándose la atención y las marcas.

Tiro de esquina, en el minuto 68′, la cabeza del gigante van Dijk dejaba sin asunto a un Manuel Neuer que fue incapaz de intuir que el central de Liverpool podía llegar a ganarle a los corpulentos que fueron a disputarla.

Luego de ese gol, por más mano que meta en el equipo el croata Niko Kovac, quien puso en la cancha a Goretzka por Javi Martínez y al portugués Renato Sanches por el colombiano James Rodríguez, la cosa seguía pesada porque Klopp había parado más que bien a su equipo de la mitad para atrás, y sabía que los problemas del rival venían por los laterales y en el juego aéreo.

Faltaban apenas 6′ para el final y cualquier cosa podía pasar porque uno la tenía muy clara, y el otro estaba herido y luchaba con todo. Allí, Mohamed Salah, que había errado un gol por no soltarla, se la cruzó a Sané y éste de cabeza los noqueó.

Pasaron a cuartos de final y hasta podrían cruzarse con Manchester City.

@lostribuneros

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