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El partido entre Defensor Sporting y Cerro, que prometía ser un emocionante encuentro deportivo, se vio empañado por una serie de disturbios que culminaron en la suspensión del juego a falta de tan solo diez minutos para el final. Los fanáticos albicelestes protagonizaron incidentes violentos cuando su equipo se encontraba en clara desventaja, con un marcador desfavorable de 5-0 a favor del equipo local.
El árbitro José Burgos tomó la decisión de detener el partido luego de que su segundo asistente, Julián Pérez, resultara herido por un proyectil lanzado desde la tribuna ocupada por los hinchas de Cerro. Este lamentable incidente no solo interrumpió el juego, sino que también dejó al árbitro con una herida en la cabeza que requirió atención médica.
Mientras el árbitro era atendido, la situación en el estadio se volvió aún más caótica, con disturbios entre los fanáticos que culminaron en invasiones al campo de juego. Los hinchas, en un acto de violencia, intentaron robar las banderas de los seguidores de Defensor Sporting, desencadenando una serie de enfrentamientos físicos entre los seguidores de ambos equipos.
Este lamentable episodio arroja una sombra sobre el deporte y plantea serias preguntas sobre la seguridad en los estadios y el comportamiento de los aficionados. Mientras tanto, el equipo de Defensor Sporting se asegura los tres puntos, mientras se espera por posibles sanciones para el equipo albiceleste.
