Un fracaso la organización de la pelea de «Maravilla» Martínez

La pelea de «Maravilla» Martínez fue un verdadero fracaso, según describen los colegas de Télam. Barras bravas de Vélez destrozaron el ring y le robaron equipos a los reporteros gráficos; acortaron peleas; la gente ingresó más tarde y se mojó, entre otras cosas. Imperdible la nota (Foto: LaVoz.com.ar)

Télam. La lluvia fue un condimento que no ayudó en algunos aspectos, pero no se puede pasar por alto que la pelea estaba anunciada desde hacía varios días y los encargados de llevar adelante la jornada boxística en la cancha de Vélez Sarsfield «hicieron agua» en ítems sensibles.

Retrasos inexplicables en el ingreso del público, combates por títulos de diferentes organizaciones que se recortaron y un animador que durante toda la noche agitó falsos patrioterismos, calentando innecesariamente el ambiente, fueron algunas de las manchas de una jornada que trató de imitar a Las Vegas.

Sin embargo, lo peor fue el despliegue de barrabravas de Vélez que se movieron como dueños y señores por las instalaciones sin respetar controles e invadiendo el ring tras la victoria por puntos de Martínez, para provocar robos y la rotura del cuadrilátero, con la consecuente cancelación de las peleas que faltaban desarrollarse.

Desde el vamos, la velada arrancó una hora más tarde de lo anunciado, por lo cual el público y la prensa tuvieron que esperar bajo la lluvia que se abrieran las puertas del estadio José Amalfitani.

Luego, la pelea entre el dominicano, radicado en Buenos Aires, Diego Pichardo y el español Iván Ruiz, que iba a ser a 10 rounds por el título Latino FIB de los gallos se modificó sin previo aviso y se acortó a seis capítulos.

Lo mismo sucedió con el combate entre el argentino Damián Marchiano y el español Franco «Kiko» Martínez, que iba a ser por el titulo Fedelatin AMB supergallo pero fue acortado a seis asaltos (igualmente terminó en dos).

Otro tema que molestó a la gente fue la estructura de las torres que sostenían las luces, el sonido y el techo sobre el ring, que por su voluminosidad obstruían la visión del público, tanto del de las populares, que pagaron precios relativamente módicos y debieron seguir la pelea por las pantallas Led, como en las primeras filas del campo de juego, que pagaron hasta 5.000 pesos.

Durante toda la noche se vio a reconocidos integrantes de la «Pandilla» de Liniers, la barra de Vélez, que estuvo en el ojo del huracán los días previos por el asesinato del hincha Diego Bogado, de 36 años, por un tema de «reparto de entradas» por la velada boxística, pasearse por todo el estadio y acceder a lugares reservados solo para altos integrantes de la organización.

Estos siniestros personajes, en el revuelo tras la victoria del argentino, invadieron el cuadrilátero y en su camino robaron equipos de fotógrafos ubicados en el ringside, algo que fuentes de la organización no sólo del combate estelar sino también de toda la velada confiaron a Télam.

Los mismos integrantes de la barra velezana provocaron, un rato más tarde, la rotura de la lona que cubría el piso del cuadrilátero, donde estaba previsto que siguiera la velada boxística, que debió cancelarse.

Pequeñas manchas en una velada que pretendía emular a las grandes citas de Las Vegas o Nueva York pero que, a la luz de lo expuesto, quedaron sólo en intenciones.

Fuente: Télam
Enlace: http://www.telam.com.ar/notas/201304/15758-las-luces-no-deben-cegar-y-no-dejan-ver-los-errores.html

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