Falta poquito para el comienzo del torneo y el «duro jefe» nos dio el día libre a todos los tribuneros, quedándose él en persona en la administración de la web, aunque usted no lo crea. Su generosidad o, más bien, su reconocimiento a nuestros esfuerzos fue tal que nos regaló entradas (y no acreditaciones) para que veamos el partido entre Estudiantes y el Atlético de Madrid en el Ciudad de La Plata (Foto: Facebook)
Casi 60 km hicimos con la banda tribunera para irnos al Estadio Único para que vivimos como verdaderos hinchas del fútbol y no como periodistas. Renato, un compañero nuestro que emite desde La Plata, nunca tuvo ni tendrá pruritos en reconocer su devoción por Estudiantes y, por consiguiente, un amor muy fuerte por Peñarol de Uruguay, amigo del León platense, fue quien nos esperó en la puerta del sector donde nos tocó, y casi, nos hizo de guía.
Nos pagaron plateas, por lo tanto nuestro mote de «Tribunero» casi se fue por el caño, nosotros, gente de la tribuna popular metidos entre hinchas glamorosos y topísimos.
Al llegar la hora de los himnos, vimos un respeto, casi asombroso por estos días, para con el himno de España. Cuando se ejecutaron las estrofas, el público se puso de pie y luego dio un solemne aplauso.
La nota la dio todo el público, incluyendo a los de la barra brava que generalmente están lideradas por verdaderos energúmenos, solo que esta vez: dieron el ejemplo.
El referí uruguayo, Darío Ubriaco, pidió un minuto de silencio en homenaje a las víctimas fatales y heridos, tras el accidente de tren en Santiago de Compostela ocurrido hace algunos días. La barra dejó de cantar sus cartacterísticas canciones y respetó el minuto; el resto del estadio se mantuvo de pie y en silencio. Algunos desubicados comenzaron a gritar pero se sintió un «Shhhhh generalizado».
Estamos orgullosos de gestos así y es bueno que la gente lo sepa, ojalá que esto sea algo normal de ahora en más. Nada es imposible.
Daniela Maruti
@lostribuneros