No le quiten méritos al Rey de Copas

Han circulando «memes» en Internet donde daban cuenta que los amos y señores del fútbol mundial son Boca Juniors, Real Madrid y Milan, los tres con 18 títulos internacionales, pero han omitido, o más bien negado al poderoso Al Ahly de Egipto.

«Liga menor», «no existen» ha dicho más de uno en tono despectivo, pero es bueno saber que la Liga de Campeones de África o Africa Champions League, es mucho más complicada que las Copa Libertadores, o que la UEFA Champions League, por las carencias que tienen los clubes y por las enormes distancias a recorrer.

En Europa todo queda «a la vuelta de la esquina» porque es un continente chico, tiene una facilidad de transporte enorme y un gran poder económico.

América del Sur es más pequeña que África y la excepción de la regla es la participación de los clubes mexicanos, pero, la diferencia económica entre muchos clubes de nuestro continente con los africanos, por lo general, es amplia.

Al Ahly logró llevarse 20 trofeos, 8 de ellos, pertenecientes a la Africa Champions, e incluso supo estar en el Mundial de Clubes.en 4 ocasiones.

Los «Diablos Rojos» fueron fundados en 1907, siendo el club más popular de Egipto, aunque sus rivales de todas las horas, Zamalek, ha sabido ganar 4 Champions y globaliza 11 títulos internacionales oficiales.

En África, las condiciones para transportarse son paupérrimas, existen pocos estadios de calidad, y muchas veces, los clubes cuentan con enormes problemas para financiarse.

Existen muchas carencias que conocemos, y enfermedades por doquier. Ante todo eso, deben jugar los clubes. Además, existen 54 países asociados. Hay una diversidad cultural amplia y el continente cuenta con un sinfín de accidentes geográficos y variaciones en la temperatura, por ejemplo.

Hay miembros de Madagascar, la isla que grande que está al costado del continente, o las diminutas islas Reunión, cerca de allí, pero que no vaya a tener que cruzarse un club de Maputo (Mozambique), que tiene problemas tremendos con el tráfico y en especial con el transporte público, por ejemplo, existen ómnibus para 5.000 pasajeros diarios, cuando en verdad los que viajan son 450.000, y ni hablar si le toca ir a jugar a Cabo Verde, que es una isla ubicada en el océano Atlántico, es decir, en la otra punta del mapa.

También hay que contemplar que no haya conflictos étnicos, o políticos, o religiosos, porque puede suceder que las hinchadas, y el ómnibus que transporta al equipo, sufra un atentado, como le sucedió a la selección de Togo, el 8 de enero de 2010. Vale también recordar, la famosa «tragedia de Port Said» cuando hinchas invadieron el campo de juego y asesinaron a machetazos, con total impunidad, a 74 aficionados simpatizantes de Al Ahly, mientras que más de 1.000 quedaron heridos y una buena porción de ellos con alguna discapacidad. El número no creció porque el jefe del ejército, que presenciaba el juego por televisión, mandó helicopteros y hombres para que acaben con esa masacre. En Nigeria una bomba estalló en 2014, mientras México jugaba con Brasil por el Mundial: 14 muertos.

Ahora, la epidemia de ébola, se les suma.

Como dice un compañero nuestro en la redacción «los sudamericanos, somos el lujo de la miseria». Algo de verdad hay en su ironía.

@lostribuneros

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