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Por la plata baila el mono, dice el popular refrán. El fútbol se vuelve a teñir de vergüenza, tras una decisión que tomaría la FIFA para favorecer a México que podría perder de ganar 600 millones de dólares si no clasifica al Mundial.
Nunca en la vida un estadio fue sancionado por que su público silbe un himno; de pronto, los miembros de la FIFA se volvieron muy “sensibles” o los norteamericanos, acostumbrados a hacer cosas malas alrededor del mundo, en fin, todo lo que ya sabemos, están hechos de manteca porque la afición costarricense los abucheó.
La FIFA evalúa que Costa Rica, ya clasificada al Mundial Brasil 2014, juegue sin público ante el próximo rival que, ¡oh! casualidad, se trata de México, que tiene que vencer para ligar, aunque sea el repechaje.
El ente máximo del fútbol mundial dice que los ticos no respetaron el Fair Play, ¡pero vamos!, en 1990 sucedió algo peor; para la final del Mundial 1990 la afición italiana se encargó de silbar el himno argentino. Se trató de un partido que fue presenciado por más de mil millones de personas a lo largo y ancho del planeta ¿Qué habría que hacer entonces? ¿Cerrar el Estadio Olímpico de Roma de por vida?.
Los intereses creados vuelven a dar órdenes, las granes corporaciones vuelven a digitar quien va y quién no.
Recordemos que para Sudáfrica 2010 dos inesperados equipos se colaron, fueron Uruguay y Paraguay. A los guaraníes les flecharon la cancha contra España por temor a que lleguen a una final con Uruguay, y justamente, a los Charrúas se los perjudicó contra Holanda en la semifinal porque si el “Team Oriental” llegaba a la final, seguramente se quedaba con el Trofeo, y adiós a los grandes negociados de la publicidad y de la TV.
@lostribuneros
