Muy particular es la seguridad en Uruguay

El Ministerio del Interior del vecino país obligó a pasar para la mañana el partido entre Racing y Cerro, por la última jornada del campeonato, debido a la rivalidad de las hinchadas y la importancia del encuentro para la visita. Nos llevamos un chasco.

Partimos desde Buenos Aires hacia la capital uruguaya en dos vehículos, por tierra nomás. Durante las 10 horas del viaje, ultimamos detalles y vimos la manera de como aprovechar cada minuto que estemos allí.

Llegamos a Montevideo, dejamos nuestro equipaje tirado en un rincón, nos duchamos volando, y salimos disparados a un shopping a comprar chips para abastecer nuestros módems de internet móvil. Luego, «volando», emprendimos a hacer una nota pactada durante la semana previa al viaje.  Cansados, llegamos al lugar de alojamiento, horas después. Nos relajamos y procedimos a entregar el material conseguido, para luego salir a dar una vueltita por la esplendorosa rambla montevideana.ruru4

Racing y Cerro, por orden de la policía montevideana, no jugaban a las 4 de la tarde como estaba previsto días antes, sino que lo pasaron a las 10 de la mañana. Obviamente, la prensa siempre debe estar, como mínimo, dos horas antes, algo que cumplimos al pie de la letra.

Mariana nuestra compañera irrumpió en nuestra habitación dando puntapiés en las camas y gritando -¡arriba que hay que ir a la cancha!- miré el reloj y le grité -¡son las seis menos diez!- casi decepcionada nuestra tribunera replicó -¿No tienen una hora más acá?…

Luego de higienizarnos y desayunar, salimos hacia el estadio Osvaldo Roberto. Como corresponde, nos perdimos. Dimos tres mil vueltas esa mañana, para peor, no había nadie para preguntar. Pese a todo
llegamos a las 7:45.

Nos llevamos un verdadero chasco. Acostrumbrados a la Argentina, creímos que iba a haber vallado en torno, no sólo al estadio, sino a las cercanías. Estábamos prep
arados para dejar el auto a cinco cuadras y pasar por un cacheo previo, solo que nada de eso sucedió. Dejamos el «tribu-móvil» en la puerta del estadio Osvaldo Roberto, sin problemas.

Salimos a ver que pasaba. La policía estaba presente, pero quienes recién llegaban eran las «fuerzas de choque».

A las 8 apareció un camión que colocó vallas en la esquina, pero nos asombró ver que jamás cortaron la avenida, llamada Millán, que es por donde entra toda la parcialidad local.

ruru3Fuimos a la entrada de la hinchada de Cerro, es decir, la visitante, que de manera bullanguera sacó de la cama a los habitantes del barrio.  El estadio Roberto tiene la particularidad de estar rodeado por casitas bajas.

Esperábamos un ambiente tremendamente hostil. Hinchas tirándose piedras. Correrías y una policía provista de balas de goma y gases lacrimógenos, prestos a actuar, por lo menos, ese panorama pintaron algunos medios de Uruguay, quien sabe por qué motivo. Ello lo sabrán.

La cosas es que todo fue una fiesta. Entramos a ver el partido y en vivo, vía redes sociales pintábamos el panorama, mientras, por otro lado, sacábamos fotos y le preguntábamos a la gente su opinión respecto al partido y la realidad del fútbol uruguayo.

Cerro terminó ganando. Cientos de hinchas del local Racing fueron prohibidos de entrar, no logrando así colmar el recinto deportivo.  El espectáculo estuvo hermoso.

En la próxima entrega, te contaremos como fue el partido por dentro. No tiene desperdicio.

Vean el video que grabamos. Mariana está a cargo de la presentación.

@lostribuneros

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