El primer club criollo de América vuelve al ruedo en el continente. El viejo Montevideo Wanderers está en la Copa Libertadores ¿pero qué hay detrás?
Con parte de la banda tribunera nos movimos por la capital uruguaya a la velocidad de un bombero en emergencia, ya que fuimos pocos días al país vecino, y nos hicimos el tiempo suficiente para visitar varios lugares futboleros, uno de ellos fue la sede de Wanderers.
Uruguay está rompiendo con el sistema escocés, es decir, que apenas dos clubes mueven la pelota y el resto está para rellenar. Danubio y Defensor, por ejemplo, son los mayores exponentes sobre este paulatino cambio, pero quien no quiere quedarse atrás es Montevideo Wanderers, tradicional equipo de la primera división.
El “Bohemio”, equipo fundado en 1902 y último campeón del amateurismo, está resurgiendo. El club logró varios objetivos, y por esas cosas del fútbol, se le escapó el título de campeón uruguayo 2013/14 en manos de Danubio, lo que sería su primer trofeo profesional. No obstante, llegaron a la Copa Libertadores, donde jugarán ante Boca Juniors, entre otros.
¿Qué hay detrás de Wanderers? Detrás de este prestigioso club, ubicado en el coqueto barrio montevideano El Prado, hay un grupo de socios y dirigentes que trabajan mancomunadamente por el desarrollo de la institución.
Allí no sólo se mama el fútbol, sino que también hay otras disciplinas como la pelota paleta y el boxeo, por ejemplo.
Fuimos recibidos en una de las sedes del club por dos muchachos que llevan al bohemio en la sangre: el “Gallego” Andrés Alonso, el anfitrión, y el “Vikingo” Gustavo Basoa, encargado del bar.
Ambos, cordiales como buenos uruguayos nos atendieron a las mil maravillas. El “Gallego” nos mostró cada rincón de la sede y nos contó todo lo que lograron en un predio que estaba casi en el abandono.
Gracias a la ayuda de empresarios hinchas del club, los socios, a puro pulmón, lograron conseguir materiales y la financiación para echar manos a la obra, dejando el lugar ideal para la práctica del pugilismo, y para la disputa de partidos de nivel internacional en la cancha de pelota paleta. En este último lugar, el “Gallego” nos contó que Néstor Iroldi, hombre que ganó en dupla con César Bernal el mundial en 5 ocasiones, es un hombre tan identificado con el club, que la sede lleva su nombre.
Tampoco han descuidado al “ñato”, es decir, que el boxeo ocupa un lugar en el corazón del socio y en esa misma sede, en un sector, hay una sala con todo el equipamiento necesario para la práctica del pugilismo. Algo que el club no tenía en cuenta y que hoy apoya.
Obviamente, y más allá de los mencionados deportes, este predio cuenta con un sector dedicado al deporte más importante, y el que amamos nosotros los “tribuneros”, el fútbol.
No faltaban fotos, ni recuerdos de las hazañas vividas por el club a lo largo y ancho de su historia. Momentos emocionantes, jugadores legendarios, partidos inolvidables, todo eso, en la entrada, casi como dando la bienvenida.
Pasamos un momento muy grato, los pibes nos contaban sus alegrías, decepciones, sueños e ilusiones y no pudieron ocultar la felicidad de volver a jugar la Copa Libertadores.
@lostribuneros