Messi y Suárez ponen de rodillas a los bravos ingleses

Barcelona dio un gran paso a la final de la Champions League al golear en casa por 3-0 al Liverpool. Los ingleses los pusieron en un arco, pero en una distracción Messi los embocó y luego con un perfecto tiro libre los remató. Deberán definir en Anfield la semifinal.

Europa volvió a ponerse de pie y a dar aplausos de respeto y admiración. El conjunto de Barcelona ganaba de manera ajustada y hasta casi inmerecida sobre el Liverpool en el Camp Nou, con gol de Luis Suárez en el minuto 26.

El alemán Jürgen Klopp le puso artillería pesada a los culés y con un gran despliegue físico los de Anfield comenzaron la batalla en busca de la igualdad.

Por momentos sospechamos de que Barça se había atrincherado y que iba a sucumbir ante la presión de su adversario, pero que nada, los catalanes estaban agazapados esperando el momento justo para poner la pelota en el hueco y de allí salir de contra y desmoralizarlos con un gol.

Liverpool tenía en la cancha a un Mohamed Salah, sin puntería, y a un Sadio Mané que no podía con Piqué y menos con ter Stegen. El equipo era batallador y al mejor estilo inglés buscaban desde la pelota quieta y el juego aéreo anotar. La pelota fue puesta al piso, buscaron los espacios, pero no podían romper la sólida defensa.

Ernesto Valverde ante esto movió el banco y puso en la cancha al portugués Nélson Semedo en lugar de Philippe Coutinho y a partir de ahí se renovó el mediocampo logrando poder encontrar la salida hacia el arco rival.

En una jugada casi de ajedrez, en pleno sofoco, una pelota recuperada en la mitad de la cancha fue inteligentemente tocada al estilo tomala vos, dámela a mí, hasta que cayó en los pies de Messi, éste la puso al medio, la defensa de Liverpool ante la presión rechazó mal y allí estaba el uruguayo Luis Suárez para recoger el rebote, acomodarse y sacar un remate que dio en la transversal, pero, la Pulga llegaba solito de frente y no tuvo más que empujarla con el arco libre.

El gol generó un efecto terrible en Liverpool. Los ingleses entraron en la desesperación y, desmoralizados, perdieron el control del partido.

Barcelona, con un Arturo Vidal veloz, colaborativo y más aguerrido que de costumbre, comenzó a hacer su partido y fue en pos del tercero.

El golpe de efecto había dado resultado nomás. Falta frente al área británica. Barrera bien armada y arquero bien parado. Messi le apuntó al arco y el brasileño Alisson sabía adonde iba la pelota, se tiró todo lo que pudo, pero fue de tanta perfección el remate que entró justo en el ángulo, y eso derivó en un soberbio golazo.

Faltaban ya 8′ para el cierre y Barcelona quería más y sacaba terribles contragolpes. Liverpool, despechado y de manera ya desprolija, bregó por el tanto de descuento con miras a achicar diferencias, pero la buena fortuna estuvo del lado catalán.

Valverde decidió sacar de la cancha a Luis Suárez en tiempo de descuento y le dio lugar al francés Dembélé. En el poco tiempo que estuvo en la cancha, el galo desperdició dos chances de gol increíbles.

Fue, sin dudas, un verdadero partidazo donde quedó en claro que cantidad no quiere decir calidad.

La revancha se jugará el próximo martes 7 en Liverpool. Perdiendo por menos de dos goles Barcelona sería finalista.

@lostribuneros

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