La oncena de Jürgen Klopp tuvo su segunda presentación por Premier League. Luego del ajustado 4-3 logrado en dramático partido ante Leeds United, tuvo su segunda presentación, ahora fuera de casa.
Sabiendo que su archirrival Everton arrancó con dos triunfos, ellos no querían ser menos. Su adversario no era cualquier equipo sino el fuertísimo Chelsea, que lo esperaba en Stamford Bridge.
Los Blues tuvieron varios chances de lograr el gol. Sus futbolistas encontraron varios espacios cedidos por la defensa de los Reds, sin embargo, la velocidad y el orden de llegada en «manada» cortaban los espacios para que los talentosos Werner, Kanté y compañía logren sacar disparo alguno.
El juego veloz y sorprendente del Liverpool, que contaba con los hábiles Mané, Firmino y Salah adelante, provocaron que el defensor danés Christensen cometa una falta al borde del área y vea la roja directa. Iban justo 45 minutos.
El partido era parejo. Estaba bien si empataban porque se trataba de idénticas fuerzas, sin embargo, hubo un hombre capaz de romper con la férrea defensa de Chelsea, ese fue Sadio Mané. El senegalés anotó el primer tanto del juego tras un soprendente cabezazo que no estaba en los planes de la defensa adversaria. Cuatro minutos después el arquero Kepa cometió una grosería típica de principiante al regalarle una pelota al africano, que sin compasión anotó el lapidario 2-0.
Pudo haberle puesto dramatismo al marcador el brasileño nacionalizado italiano Jorginho en el minuto 75, pero su tiro penal fue tan anunciado que su compatriota Alisson lo desvió.
Seis puntos acumula el Liverpool, al igual que Everton, Arsenal y Crystal Palace que viene de sorprender por 3-1 al Manchester United en pleno Old Trafford.
@lostribuneros
