Historietas de Mundial 2014: Alemania destroza a los colosos de Sudamérica 

Brasil volvía en 2014 a ser hogar de la Copa del Mundo, queriendo la revancha del Maracaná de 1950 y su ansiada sexta corona. Así recibió en modernos y modernizados estadios por todo su territorio a 31 países. Pero iba por quedarse con la Copa. Sin embargo, la Alemania que siempre da batalla lo humilló con siete goles en la semifinal. Y para hacerla completa, derrumbó a la Argentina de Lionel Messi y consiguió su cuarto título contra los grandes sudamericanos, en un torneo que no olvida las hazañas de Costa Rica (cuartos de final) y el pase de Argelia y Nigeria de ronda.

El 12 de junio el Mundial ya arrancó mal. En el Arena Corinthians el local inauguró ante Croacia. Con el marcador 1 a 1, el árbitro japonés Nishimura le regaló un penal inexistente. Neymar, en su primer torneo, marcó y Brasil terminó 3 a 1.

En ese Grupo A estaba Camerún, que lejos de ser el del 82 venía perdiendo cada partido en el Mundial. La racha siguió este año y en la goleada ante Croacia 0-4, para colmo, los futbolistas Assou-Ekoto y Moukandjo se tomaron a golpes de puño en pleno desarrollo.

Después de su histórico logro en 2010, España era candidato natural a repetir. Nadie iba a imaginar su estrepitosa caída. Primero el 1-5 con Países Bajos tras ir arriba y luego, otro baile novelesco por el Chile de Jorge Sampaoli 0-2. Fue sin duda el fiasco del torneo.

Por tercera vez, el exótico Grecia aparecía en el Grupo C, el de Colombia. En el cierre debía vencer a Costa de Marfil para pasar. Pero antes de los 24 minutos sufrió el infortunio de dos lesionados: el arquero Karnezis y el medio Koné, cambiados por Glikos y Samaris. Éste abrió el marcador y el empate de Bony parecía clasificar al marfileño, pero en el tercer minuto agregado Samaras puso el 2-1 y su primera entrada a octavos de final.

El Grupo D era el famoso raro de tres campeones, Italia, Inglaterra y Uruguay. Costa Rica no tenía supuestamente qué hacer allí. Se equivocaron todos: los Ticos, al comando de su estrella Bryan Ruiz, lograron dos sonoros éxitos sobre Uruguay e Italia y, tras vencer a Grecia por penales, llegaron a cuartos de final, donde esa vía los dejó afuera con Países Bajos.

Los uruguayos también hicieron historia en Brasil como en 1950, pero no fue tan alegre. En el decisivo choque ante Italia, el delantero Luis Suárez mordió al defensor Giorgio Chiellini. El Tribunal de Disciplina actuó de oficio y el gran salteño fue castigado con nada menos que ocho encuentros de suspensión. La celeste ganó y se clasificó, pero la ida de “Lucho” se sintió y Colombia los dejó afuera en octavos.

Argelia volvía a participar tras su regreso en 2010. Por el Grupo H, el 22 de junio goleó 4 a 2 a Corea del Sur en el Beira Río de Porto Alegre, y se convirtió así en el primer africano en marcar dicha cifra.

Ya en octavos de final, Chile iba para amargar a otro coloso, nada menos que el local. David Luiz inauguró el tablero para un Brasil mediocre, pero Alexis Sánchez empató enseguida. La roja trasandina no se achicó, llevó el 1-1 al tiempo suplementario y allí, cerca del cierre, el mismo Alexis estrelló un remate en el travesaño de Julio César. Hubiera sido un triunfo romperracha para los chilenos, que ya habían caído con la verdeamarilla en esa instancia en 1998 y 2010. Pero la historia fue igual: en los tiros desde el punto penal, el arquero atajó dos envíos y ganaron 3-2.

De errores arbitrales graves vivió la Copa estos últimos años. México derrotaba a Países Bajos y parecía por fin superar el cuarto partido, hasta que a los 88 minutos Sneijder igualó. Y los aztecas no contaban que en el cuarto minuto sumado, el árbitro portugués Proenca daría a la naranja un penal demasiado irregular. Huntelaar lo transformó y Países Bajos venció agónicamente 2 a 1 para ir a cuartos.

El 4 de julio Brasil tenía una nueva prueba de fuego con uno de su lugar, en este caso Colombia. Pero nuevamente contó con un futbolista más: el juez español Velasco Carballo, que convalidó el primer tanto de Thiago Silva a los siete minutos con claro offside previo. Los de Luiz Felipe Scolari, retornado para esta justa, vencieron 2 a 1 y avanzaron a semifinales, pero con un alto precio: Neymar sufrió un golpe en un costado y se fracturó, debiendo dejar el campeonato.

Al día siguiente, los otros dos cuartos dieron su nota. La Argentina de Alejandro Sabella buscaba tras un angustioso logro ante Suiza en octavos pasar de los ocho mejores. El rival era el fuerte pero aún en desarrollo Bélgica. Gonzalo Higuaín, en su apogeo, marcó un golazo a los 8’ y la Selección lo consiguió: a semifinales tras 24 años, sí, tras la ocasión de Italia 90. Pero habría más.

En el último cuarto, Costa Rica quería otro golpe contra nada menos Países Bajos. Y lo tenía en la palma de la mano al igualar a cero tras 120 mediocres minutos. Entonces el técnico Louis Van Gaal probó una mejor y más fácil: cambió a su arquero titular Cillessen por Tim Krul. Y el desconocido fue el inesperado héroe, atajando dos tiros y dando a Países Bajos el pase 4 a 3.

El 8 en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, Brasil enfrentaba sin Neymar pero con mucha ilusión a Alemania. Es cierto, era un escollo la germana para el posible título local. Nadie creía en lo que ocurrió. Todo lo empezó el gran Thomas Müller a los 11 minutos, silenciando a la multitud. Lo peor llegó de varios baldazos: Klose a los 23, Tony Kroos a los 25 y 26 y Sammy Khedira a los 29 sentenciaron un catastrófico 5-0 parcial para el dueño de casa. El cronista de Tribunero.com que seguía por radio el choque estaba más sorprendido que la mujer que lo llevaba en auto alquilado a su hogar. Al fin, Schürrle marcó otros dos y Oscar el del honor para un 1-7 que fue un martillazo en el alma brasileña. Tanto, que el sitio web de la FIFA no dudó en titular “Mineirazo alemán”.

Del otro lado, Argentina quería seguir al tercer título ante Países Bajos. En pobre encuentro la cuestión fue a los temidos penales. Antes de la definición, Javier Mascherano tomó al arquero Sergio Romero de sus hombros y sacudiéndolo para animarlo  le espetó: “Hoy te convertís en héroe”. Y “Chiquito” fue superhéroe: contuvo los remates de Vlaar y Sneijder y el 4-2 puso a la albiceleste en la tan esperada final.

¡Quién era el rival en la final? Alemania. Esa mala palabra para la Selección, verdugo en la amarga decisión de Italia 90 y, más aún, en los cuartos de final de 2006 y 2010. Los de Sabella dominaron y lo tuvieron todo, pero el árbitro italiano Rizzoli no hizo nada cuando el arquero Neuer lo chocó con falta a Higuaín en el área. Messi de buen partido se perdió un gol por milímetros y Palacio tiró débil a las manos del guardameta, en algunos de los recordados acercamientos al triunfo. Y el alargue trajo a un tal Mario Goetze, un suplente a quien el técnico Joachim Löw lo animó “entrá y demostrá que sos Messi”. Más allá de la atrevida comparación, Goetze marcó el tanto del 1-0 a los 113 minutos y le dio a esa potente Alemania su cuarto lauro. Argentina se quedó con dolor, y eso que hacía 24 años no conocía un subcampeonato.

Diego Martín Yamus.

diegoanita@hotmail.com.ar

Diego Martín Yamus.

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