Historietas de Mundial 1986: la epopeya de Diego y el segundo título de Argentina 

Por primera vez, México era quien repetía sede en un Mundial. La siempre inflexible FIFA le había dado el ingreso a la cita. Pero con su experiencia de 1970 y la tecnología en avance constante, la tierra azteca logró realizar otra brillante Copa del Mundo.

Claro que Argentina y Diego Maradona fue el epicentro del torneo. Pero otros países dieron buenos motivos para que no fuera lo único. Varios estaban atrás de ella, que desde la más absoluta de las humildades igual fueron por el triunfo. Ganó finalmente la Selección de Carlos Bilardo, para lo que había que poseer tacto. La albiceleste lo tuvo y fue campeona por segunda vez. Pero hubo otras Historietas en 1986.

Para Argentina no fue papilla el debut. Habiendo derrotado a Corea del Sur 3 a1, ahora se presentaba ante Italia. Y en uno de los varios errores groseros de jueces, a los 7 minutos Oscar Garré cortó una pelota en su área y salió. De pronto el neerlandés Jan Keizer paró el juego y dio el penal. Altobelli marcó, pero luego aparecería el brillo de Maradona para saltar y en el aire alcanzar a desviar la pelota para aquel golazo de 1-1.

México contaba entonces con Hugo Sánchez en su segundo Mundial (el primero fue en Argentina 78), pero aún dirigido por Bora Milutinovic daba una imagen desdibujada. Arrancó el Grupo B venciendo a Bélgica y luego chocó contra Paraguay. Empezó ganando a los 2’ por Flores, pero Julio César Romero igualó a los 85. El Azteca entero se quejaba de los hechos, hasta que Hugo Sánchez tuvo la chance dorada de éxito con un penal a los 89. Sin embargo, el gran Roberto Fernández se estiró y rechazó el tiro, salvando el 1-1 final. Los enfadados mexicanos le gritaban a su ídolo “Hugo tarugo”, algo así como “Hugo tarado”.

Francia fue sin duda uno de los excelsos del 86, guiado notablemente por Platini, aunque volvió a sucumbir con Alemania en semifinales. Para comenzar sin embargo sufrió demasiado para vencer al debutante Canadá 1 a 0. Primero el canadiense Vrablic tuvo el gol, pero fue despejado en la línea. Luego los de Hénri Michel martillaron el arco de Dolan con chances serias, hasta que a los 78’ Jean Pierre Papin aprovechó una salida rara del arquero y de cabeza dio el triunfo al más fuerte.

Una de las Historietas más famosas del 86 fue tristemente célebre: el no gol de Michel a Brasil. En el debut de Brasil y España por el Grupo D, el medio del Real Madrid tomó un rebote y remató al arco de Carlos. La pelota pegó en el travesaño y picó claramente adentro, pero el juez australiano Bambridge no lo quiso convalidar. En una de las jugadas siguientes, Sócrates decretó el 1-0 irregular para Brasil.

Un esperadísimo retorno era Uruguay, comandado por Enzo Francescoli. Pero los de Omar Borrás no pudieron vencer a Alemania que le igualó a uno en el cierre y fueron víctimas de la fabulosa Dinamarca 6 a 1. Un punto ante Escocia les alcanzaría para seguir. Y a pesar de la expulsión récord de José Batista a los 53 segundos, la celeste se aguantó todo y su 0-0, con sólo dos puntos, lo llevó a verse con Argentina en octavos.

Otra vez había dos africanos en la Copa. Aparte de Argelia estaba Marruecos, que en México 16 años antes había sumado el primer punto para el continente. Ahora en el tremendo Grupo F le sacó dos 0 a 0 a los colosos Polonia e Inglaterra. Y en la última fecha, su espectacular 3 a 1 sobre el Portugal de Paulo Futre le dio el paso por primera vez de ronda a un africano.

Pero en esos octavos en que enfrentó a nada menos Alemania, el marroquí venía bien hasta el minuto 87. Los germanos contaron un tiro libre cerca del arco del gran Badou Zaki, e inocentemente armaron mal su barrera, dejando un costado libre. Por allí Lothar Matthaeus remató y coló la pelota en el poste lejano de Zaki para el triunfo de los de Franz Beckenbauer.

Ya en cuartos, Brasil y Francia iban a realizar de seguro un partidazo. Y así fue en el terrible calor de Guadalajara. Careca abrió para el scratch, pero un error de Carlos dio a Platini el empate. Luego Zico (suplente en inferioridad física) pudo desnivelar, pero el guardameta Bats le atajó un penal. Ambos fueron y vinieron hasta que, en tiempo suplementario, el francés Bellone se escapó y Carlos lo tomó del cuerpo en clara falta, no pitada por el rumano Ioan Igna. Llegaron los tiros desde el punto penal, Platini erró el suyo, pero Julio César también y fue Luis Fernandez que puso a los galos en las semifinales.

Del glorioso Maradona 2- Inglaterra 1 no hay mucho para decir. Pero el mismo Diego contó que tras su obra maestra, el “gol del siglo”, el segundo, recibió un puntapié del defensor Butcher que lo dejó dolorido. Eso no impidió que siguiera jugando y deleitando a propios y extraños aquel inolvidable 22 de junio.

La final fue entre la Selección, ésa de la que varios medios querían sacar a su técnico Carlos Bilardo, y Alemania que arribó a los tropezones. Tanto que en las semifinales postergó de nuevo a Francia, como en 1982, con un tiro libre de Brehme que se le escurrió a Bats y un gol de sombrero de Rudi Voeller a los 89’ en soledad.

Y llegó el 29 de junio y el Azteca fue testigo de una de las mejores finales de la historia. Argentina iba tranquilo 2-0 y debió ganar sin sobresaltos frente a un alemán mediocre, pero dos pelotas paradas (la especialidad de Bilardo) lo igualaron a diez del cierre. Hasta que aquel pase increíble de Maradona entre tres rivales puso a correr a Jorge Burruchaga y el inmortal 3 a 2 fue posible. Era tal el descreimiento sobre el entrenador que se vio una bandera que rezaba “Perdón Bilardo”. Era para pedir perdón a ese equipo que pasó de todo hasta alcanzar la cumbre eterna.

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

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