Inter de Porto Alegre jugaba en su estadio Beira Río ante el Fluminense. Su hinchada, decepcionada por haber recibido un histórico 5-0 ante el último la fecha pasada, estaba furiosa. Para colmo, habían sido empatados sobre la hora por medio de Fred.
Mientras los hinchas silbaban e insultaban llegó el gol del triunfo, y la parcialidad se olvidó de todo, comenzando festejar y alentar.
«Burro» le gritaban a su entrenador y tomaron de punto a varios jugadores, luego del empate de Fred a los 85′. Parecía que el partido iba a terminar en tablas y que las ilusiones de alcanzar al puntero Cruzeiro se esfumaban, pero en el último suspiro, ante la silbatina, llegó el gol del «Colorado».
La hinchada pasó del odio a la fiesta descontrolada en apenas medio minuto; la prensa brasileña no se la perdonó al Inter y lo tildó de «amargo».
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