El Diablo metió la cola cuando Fortaleza festejaba

Independiente logró una agónica clasificación en Copa Sudamericana gracias a un dramático gol en tiempo de descuentos cuando todo parecía perdido; 1-2 cayeron en Fortaleza y ese tanto los metió en la segunda ronda.

Sería de ignorante o de soberbio pensar que a Independiente se lo pueda subestimar. Al Rojo tenés que golearlo, esperar a que el referí pite el final y que apaguen las luces del estadio, sino te puede pasar lo que le sucedió al modesto Fortaleza.

El juego por la ida había sido ganado por un ajustado 1-0 por parte de Independiente y el Fortaleza, la capital del estado nordestino de Ceará, el Fortaleza debía revertir ese resultado en el «Castelâo».

Como era de prever el «León» empujó ante un equipo de Lucas Pusineri que esperó en su campo, que no dejó que el conjunto brasileño haga conexiones y que trató de desplegar jugadas de contra con Silvio Romero, Lucas Fernández y Braian Romero.

Sin embargo, la oncena tricolor logró romper el cero en el minuto 27 de tiro penal. Ahí Juninho no tuvo compasión de Martín Campaña y puso el 1-0 que forzaría los penales.

Independiente sabía que el secreto estaba en las bandas y por ese sector hizo sus intentos, sin éxito. Felipe Alves arquero del equipo cearense mostró mucha solidez, sacando dos pelotas tremendas.

Con el argentino Mariano Vázquez el conjunto de Rogerio Ceni buscaba el segundo gol que los meta en octavos.

De a poco el Rojo se fue tirando muy atrás; Cecilio Domínguez entró, pero a los tres minutos del ingreso del paraguayo vino el segundo tanto brasileño; Marlon, que llevaba un minuto en la cancha puso el 2-0 tras una excelente jugada colectiva donde el balón estuvo siempre a ras del piso.

En la desesperación Pusineri puso en la cancha al colombiano Roa por Blanco y a Velasco por Braian Romero. Era a todo o nada.

El Castelâo se venía abajo porque ya iban dos minutos de descuento y Fortaleza atacaba, sin embargo, en una pelota jugada por la banda derecha, pase dentro del área contra la línea de fondo, Fabricio Bustos, sin ángulo, se tuvo fe y sacó un remate rastrero que se metió por detrás de la base del segundo palo y así dejó todo 1-2 a los 94 minutos.

Los fantasmas del Maracaná de 1950 se mudaron a la paradisíaca Fortaleza y nuevamente les dio una lección a los brasileños que no debe festejarse nada de antemano. Parece que no aprenden más.

Bálsamo para los tensos nervios de los hinchas del Rojo y un poco de calma en la convulsionada Avellaneda.

@lostribuneros

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