Checoslovaquia, la selección que dejó de existir hace más de tres décadas

Fue integrante del bloque del este europeo y del comunismo. Fue otro país protagonista del fútbol internacional, siendo dos veces subcampeón del mundo y con un oro europeo y otro olímpico. También mostró gran juego, fortaleza física y grandes jugadores y técnicos, que le dieron resultados. Checoslovaquia, de ella se trata, fue otro destacado de aquel controvertido tiempo y se disolvió como Unión Soviética o Yugoslavia, pero de forma tranquila y con la que su selección aceptó ser parte de torneos hasta fines de 1993.

El rico país era, como sus vecinos orientales, un armado entre ex repúblicas: la checa que hoy conocemos, formada por las regiones de Bohemia y Moravia, y Eslovaquia. Esas partes, retazos del imperio austrohúngaro, fundaron el estado en 1918, que se destacaría en varios deportes. Claro que el principal fue el fútbol, en el que comenzó a poco de su creación en 1919, en un 4-1 amistoso sobre Bélgica. Justamente contra éste generó un lío en la final de sus primeros Juegos Olímpicos en la propia Amberes, cuando yendo 0-2 abajo abandonó la cancha en protesta por el arbitraje del inglés Lewis. Pero el once checo (así se lo nombraba) fue desde entonces otro típico animador de cada evento, como en los Mundiales donde logró dos segundos puestos, el primero en 1934 en su debut en la Copa, con el gran arquero Planicka y el entreala Nejedly de líderes, donde casi amarga a Italia y su imperiosa necesidad de título bajo presión del dictador Mussolini. Cuatro años más tarde quiso repetir y se topó con el Brasil del brillante Leónidas, que en cuartos lo eliminó en dos encuentros, porque el inicial fue un 1-1 escandaloso con varios lesionados, líos entre jugadores y expulsados que diezmaron a Checoslovaquia.

Si quería tomarse revancha, la nación socialista tuvo que esperar la absurda Segunda Guerra Mundial y soportar su ocupación en 1939 por la Alemania nazi. En 1945 fue liberada por el fin de las acciones, mas volvería al fútbol grande recién para el Mundial de Suiza 54, donde fracasó y se fue rápido. Lo mismo en Suecia 58, en el que se dio tiempo para propinarle un 6-1 a Argentina. Y por fin mejoró su trabajo en Chile 62, cuando con mucha astucia de su técnico Rudolf Vytlacil y  su gran talento Josef Masopust llegó a complicar al Brasil de un lesionado Pelé en la primera ronda, y luego en la final, donde ganaba y cayó 3-1 pero con el arquero Schroif como uno de sus valores destacados. Esa época de oro la completó con el tercer puesto e en la primera Eurocopa y otra gesta olímpica, en Tokio 64, siendo derrotado por Hungría.

Checoslovaquia cayó de repente en la oscuridad y recién retomó su potencia a mediados de los 70. En 1976 disputó en Yugoslavia la Eurocopa y se dio el lujo de eliminar al Países Bajos de Cruyff y arribar a la cumbre ante la no menos poderosa Alemania Federal, vigente campeona del mundo dos años antes. Sin embargo, los de Vaclav Jezek se pusieron 2-0 a los 25 minutos por Svehlik y Dobias, aunque Alemania repuntó enseguida por Dieter Müller y en el 89 por su puntero Hölzenbein, que con su 2-2 estiró la definición a tiros desde el punto penal. Allí el talentoso medio Antonin Panenka hizo el decisivo para el 5-3 final, una ejecución muy recordada al “picar” la pelota, por eso la expresión “penal a lo Panenka” muy usada en el periodismo europeo.

Mientras el país vivía algún aislado movimiento social y político, en 1980 se colgó el oro que no pudo en 1964 y ganó en los Juegos Olímpicos de Moscú, batiendo a Alemania Oriental 1-0 en la decisión. Tras un flojo trabajo en España 82 y su ausencia en México 86,de la mano de su legendario técnico Josef Venglos hizo gran tarea en Italia 90 llegando a cuartos de final ante el campeón Alemania y contando a futbolistas de enorme jerarquía, el principal Thomas Skuhravy, gran goleador de esa última etapa. Pero entretanto, la política decía presente justo entonces. Como en el resto de la Europa comunista, las dos repúblicas querían separarse y lo hicieron de forma tranquila. El eslovaco Vladimir Meciar fudó el Movimiento por una Eslovaquia Democrática”. Su colega checo, Vaclav Havel, renunció a su alto cargo abrumado por la situación y el Congreso local aprobó la separación el 25 de noviembre de 1992.

Curiosamente, Checoslovaquia siguió jugando tanto las eliminatorias del Mundial Estados Unidos 94 como el Mundial sub 17 de Japón, con una formación integrada por gente de ambos países. Meritorio trabajo a pesar de ser barrido por Chile 4-1 en cuartos de final. Y en las eliminatorias de la UEFA, andaba bien pero era frágil: empató con Islas Feroe, con Chipre y cayó sin atenuantes ante Bélgica.

Otro pedazo de la caída del comunismo, Checoslovaquia fue sin embargo un ejemplo de que con cordura se puede llegar a tanto como disolver una selección.

Diego Martín Yamus.
diegoperiodista93@gmail.com.

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