A lo largo de la historia sudamericana, la selección de Bolivia se ha emparentado con derrotas y por amplio margen, con bajas actuaciones, con muy pocos puntos. Eso contrasta con su buen nivel técnico, que sin embargo, y salvo la época dorada de los 90, no se ha traducido en alegrías para los de camiseta verde, mucho más exitosos en su altísima capital La Paz y ciudades vecinas que en el resto del mundo llano. En la próxima Copa América, el del Altiplano tendrá una nueva chance de emerger del fondo a la superficie.
Los primeros años de Bolivia fueron pobres. Su nacimiento fue entre 1925 y 1926, cuando fue fundada su Federación, se afilió a la CONMEBOL y a la FIFA y jugó a fines del 26 su primera competencia, la Copa América, entonces Campeonato Sudamericano. La bienvenida se la dio Chile, rival suyo en 2016, que el 12 de octubre en Santiago, en el Sport de Nuñoa, lo goleó 7 a 1. Para la ocasión, los once bolivianos fueron Bermúdez, Chavarría, Lara, Jorge Soto, Sainz, Angulo, Carlos Soto, Méndez, Aguilar, Bustamante y Alborta, dirigidos por su compañero Jorge Valderrama. Teófilo Aguilar anotó a los 62 minutos el primer gol de la historia de su país y el único en semejante caída. Luego, salvo dos cuartos mediocres puestos en 1927 (primera vez contra Argentina, 1-7) y 1949 (donde se llevó su peor goleada, 1- 10 con Brasil) fue sinónimo de equipo débil, igual que en las eliminatorias para el Mundial, que sólo había jugado dos veces como invitado en Uruguay 30 y Brasil 50, donde fue primer adversario del heroico Uruguay perdiendo 8 a 0. Incluso se retiró o no se presentó a varias ediciones del torneo americano, como por ejemplo en Ecuador en 1959.
Y vale mencionar esa Copa del 59, porque justo en la siguiente, que por primera vez organizó en 1963, Bolivia se coronó campeón, su único título internacional de mayores y uno de los grandes momentos de su modesta vida. Es cierto que el camino se le allanó porque Argentina y Brasil presentaron conjuntos de emergencia y uruguayno participó, pero aún así lo del equipo del brasileño Danilo Albim fue una proeza. Especialmente el 28 de marzo, cuando en el mítico estadio Hernando Siles de La Paz le ganó 3 a 2 a Argentina en un partido emocionante. Los locales estuvieron dos veces arriba por Castillo a los 12´ y Blacutt a los 32´, pero Mario Rodríguez marcó a los 27´ y 34´ para el transitorio empate, hasta que faltando tres minutos tuvieron un penal, que Andrada le atajó a ramírez enviando la pelota al córner. Mientras los argentinos festejaban, vino el tiro de esquina y Camacho, de cabeza a los 88 minutos, convirtió el gol del increíble triunfo, que valió la mayor alegría de la historia del Altiplano. Esa década Bolivia fue nuevamente verdugo de la albiceleste, a quien ahora enfrentará en Estados Unidos, cuando en 1969 lo derrotó en La Paz por 3 a 1 y ayudó a la única eliminación argentina de un Mundial.
Pero en los años siguientes volvió al subsuelo del continente, que lo nombró como uno de los dos más débiles junto con Venezuela. Salvo aislados éxitos en su suelo o aquellos de la Academia Tahuichi, la gran casa formativa de futbolistas, todo fue muy pobre. Hasta que en 1993 la llegada del vasco Xabier Azkargorta revolucionó nuevamente su vida. El bigotón le inculcó mentalidad ganadora a una generación importante, la de Platini Sánchez, Baldivieso (actual entrenador), Milton Melgar, el Diablo Etcheverry, Ramiro Castillo, Marco Sandy. Así Bolivia hizo una gran campaña que incluyó su primera victoria en eliminatorias sobre Brasil, luego campeón mundial, por 2 a 0 en La Paz, más un 3-1 a Uruguay y un empate ante Ecuador en Quito, que lo depositó por tercera vez en una Copa del Mundo, primera en la cancha. Entonces viajó a Estados Unidos y le jugó de igual a igual al supercampeón Alemania, que se aprovechó de un rebote en el arquero Trucco que Jürgen Klinsmann mandó a la red y la tontería de Etcheverry que se hizo expulsar cuatro minutos después de haber ingresado. Un 0-0 ante Corea del Sur y un digno 1-3 ante España, donde Erwin Sánchez marcó el primer gol boliviano en los Mundiales, cerró una buena historia para la selección. Una historia que se prolongó en la Copa América de 1997, que otra vez hospedó y donde con parte de la generación brillante arribó al subcampeonato, perdiendo ante el potente Brasil de Ronaldo en los últimos minutos.
Sin embargo, no pudo continuar esa senda y volvió a caer en la pobreza numérica y futbolística, ocupando nuevamente los últimos puestos de cada torneo donde se presentó. Ni siquiera el regreso de Azkargorta en 2012 pudo cambiarle la cara y devolverlo a los éxitos. Para colmo, la detención del presidente de la FBF Carlos Chávez, implicado en el escándalo de corrupción que envuelve a la FIFA, desató una crisis interna de proporciones, que afectó la preparación de la selección para las eliminatorias actuales. Cambios de técnico, entrenadores interinos luego confirmados, más tarde cesados y finalmente el ex internacional Baldivieso que se hizo cargo, sólo para caer con Argentina 0-5 en un amistoso en San Juan y luego 0-7 en otro en Houston, quedando además afuera en los cuartos de final de la anterior Copa de Chile. En este momento ha vuelto al subsuelo, estando en el noveno lugar de la tabla rumbo al Mundial de Rusia, con un triunfo y cinco derrotas, y viene de perder ante Argentina, a quien enfrentará en la última jornada el 14 de junio en el Centurylink Field de Seattle, en el Grupo D que comparte también con Chile y su rival del debut, Panamá. Con una mezcla de Volívar, The Strongest, Jorge Wilsterman y Oriente Petrolero, los clubes más relevantes, intentará entonces volver a los pocos tiempos de éxito vividos.
www.gibraltarfa.com
Ver también:
https://tribunero.com/chile-rival-de-argentina-una-tradicion-centenaria/
Diego Martín Yamus
diegoanita@hotmail.com.ar
@lostribuneros