El clásico portugués entre el Sporting Portugal y Benfica, jugado en la cancha de los primeros, debió ser interrumpido durante varios minutos tras lluvia de bengalas provenientes de la hinchada local.
Al comenzar la complementaria hinchas del «Leâo» comenzaron a arrojar bengalas al campo de juego, obligando a la detención del mismo. El juego hasta ese momento estaba sin goles.
Uno de los fuegos artificiales impactó en una cámara de televisión y la quemó, mientras que butacas del José Alvalade sufrieron quemaduras.
Los «encarnados» anotaron a falta de diez minutos, mientras que en el último minuto de descuento lapidaron al Sporting y se cortaron solos en el liderato del campeonato lusitano.
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