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Un partido válido por un campeonato Sub 20 entre el popular Sâo Paulo y Rondonópolis, terminó en un verdadero bochorno entre la hinchada del «Santo» y la policía.
Un hecho bochornoso se produjo durante un partido entre juveniles por la tradicional «Copinha», que alberga a clubes de todo Brasil. La hinchada del Sâo Paulo, al ver que no había lugar para ellos, decidió invadir la tribuna. Llegó la policía y se armó una batahola.
Sâo Paulo jugaba en la localidad de Mogi das Cruzes, ubicada apenas a 45 km. de San Pablo capital, por los octavos de final del torneo ante el modesto Rondonópilis de Mato Grosso, en un estadio que estaba colmado por 7.700 aficionados.
La barra brava del «Tricolor Paulista», que había llegado tarde al encuentro, al verse impedida de ingresar debido a que el recinto estaba repleto, decidió acceder por la fuerza, logrando su objetivo.
Un agente de policía que se encontraba de franco mirando el partido desde una tribuna, decidió llamar a la comisaría para alertar de lo que estaba sucediendo al ver que el encuentro contaba apenas con guardias de seguridad que fueron fácilmente superados. Las fuerzas públicas llegaron rápidamente al estadio, pero en lugar de intentar solucionar el problema lo agravaron; gases lacrimógenos, balas de goma, correrías y pelea con los inadaptados, acabaron en un bochorno aún mayor.
Las tribunas, que estaban pobladas por familias enteras, debieron ser evacuadas debido a los gases y tiros con balas de goma. El partido fue interrumpido, debiendo ser reanudado más tarde.
El equipo «Santo» goleó a su par matogrossense 4-0 y se metió en cuartos de final, hecho menor comparado con el desastre vivido. La policía paulistana reveló que hubo detenidos y heridos sin gravedad.
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