El árbitro uruguayo Andrés Cunha está visto como uno de los mejores referís del mundo. Tendrá el honor de impartir justicia en el histórico partido entre River Plate y Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores. Sin embargo, en su tierra tuvo muchos problemas y recusaciones por parte del popular Peñarol.
Muy pocos son profetas en su tierra. Árbitros argentinos, muy bien vistos a lo largo del continente, pero en el fuero íntimo totalmente cuestionados. En el otro lado del Río de la Plata, suceden cosas bastante similares.
En su natal Uruguay no tiene la mejor onda que digamos con Peñarol, club con el que cosecha historias de amor y odio.
La directiva carbonera le exigió, sin éxito, a la AUF que el árbitro sea impedido de arbitrar en la Copa América del Centenario 2016, por haber perjudicado al club en un juego donde fue goleado como visitante por el Montevideo Wanderers, 4-1. Allí se «comió» dos tremendos penales para los aurinegros, lo que hizo estallar a hinchas y dirigentes.
Pero, también es bueno contar que en 2017, favoreció a Peñarol en el «Campeón del Siglo» al no darle un claro penal al Boston River. El juego había acabado sin goles.
En 2015, Cunha no expulsó al Diego Forlán en el superclásico. Peñarol bien pudo quedar con diez en la cancha desde el minuto 8, pero éste no se animó y apenas lo amonestó. Recibió elogios por parte del presidente mirasol -en ese momento- Juan Damiani.
En el fuero internacional, el oriental vivió momentos de polémica, como cuando validó el gol con la mano de Ruidíaz en Perú – Brasil, por Copa América del Centenario 2016, donde los brasileños quedaron por el camino.
Fue referí del juego en que River fue eliminado por Lanús, cuando tenía el pasaje a la final de la Libertadores servido en bandeja de plata. En aquel histórico 4-2 del Granate, fue encargado de un VAR que estuvo tan lleno de imprecisiones que hasta pusieron en jaque este innovador sistema.
Un año después, también por semifinales, y nuevamente dirigiendo a River, pegó un volantazo y favoreció a los millonarios al no pedir VAR en el gol de Borré sobre Grêmio, en Porto Alegre, que le valió la clasificación al «Millo» a la final de la Copa Libertadores.
@lostribuneros
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