Los pobres son siempre los primeros en caer, sea una guerra o una pandemia como en este caso. Los efectos colaterales de la «peste» comenzaron a verse; Zilina, uno de los clubes más populares de Eslovaquia al no poder cumplir con sus compromisos económicos decidió presentar quiebra.
Eslovaquia se separó de República Checa en 1993 y de ahí nació la que hoy se llama Superliga. Slovan de la capital Bratislava es el mayor ganador con nueve trofeos y dos menos tiene el Zilina de la ciudad de homónimo nombre.
Zilina se ha hecho sentir en Europa este 31 de marzo y no por sus hazañas en la cancha sino por presentar la quiebra al no poder sostener los salarios de futbolistas y funcionarios.
Este país de Europa del Este, es uno de los más pobres del continente y las consecuencias del coronavirus les han hecho imposible sostenese.
Del seno del club indican que ellos viven de las transferencias de verano (junio a setiembre) y que gracias a lo recaudado por ventas cubren el presupuesto total del club.
En enero (invierno) han podido transferir a Robert Bozenik al Feyenoor de Rotterdam por 4 millones de euros. Sin embargo, el dinero que le quedó al club le es insuficiente para solventar los gastos.
17 contratos fueron rescindidos, para que el daño sea menor. En caso que el torneo continúe su marcha pensarán encarar directamente con juveniles.
@lostribuneros