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Wendell Lira, ganador del premio al mejor gol del mundo 2015, volvió a Brasil con el trofeo y cayó en la realidad; no tiene ni un real y no podrá comprarse la casa.
El jugador que marcó el gol más lindo de 2015 bajó de la nube; el glamour y el hecho de haberse sacado selfies con Cristiano Ronaldo y Messi, y que los jugadores del Real Madrid como Marcelo y Pepe le hayan pedido a él una foto, ya pasó.
Wendell Lira, de 27 años, cayó en la realidad; jugará este año por la segunda división del fútbol brasileña, retornando por fin al fútbol profesional, tras estar trabajando en un bar de su barrio. Sin un real en el bolsillo, ya que el «Premio Puskas» es honorífico, deberá ingeniárselas para conseguir el dinero suficiente para poder comprar un terreno y edificar.
Actualmente, vive en casa de sus suegros con su mujer y su niña de dos años. «No existe premio en dinero», dijo el propio Lira a un medio brasileño.
«Sueño con tener mi casa. Creo que puedo rendir más. Se apareciera algo mejor para mí y para el Vila Nova, lo pienso».
Víctima de lesiones en su tobillo, el atacante, no pierde las esperanzas ni los sueños, pese a que la FIFA factura una millonada de dólares gracias a la publicidad y la televisión, y que nada les dé a los ganadores.
Foto: Globoesporte.com
@lostribuneros
