Falta algo más de un mes para la próxima Copa América. Será la edición 47 del tercer torneo más antiguo de selecciones del mundo. Una real vida futbolera que desde aquel 1916 de modestia se ha convertido casi en un Mundial por la expectativa que genera, superando sus continuos cambios de formato y participantes. Una real vida llena de varias vidas que comenzaremos a repasar hasta que en Argentina y Colombia ruede la versión 2021, el 13 de junio.
El pionero del certamen fue justamente nuestro país, que para festejar el centenario de su independencia organizó en 1916 un campeonato junto a Brasil, Uruguay y Chile. El escenario fue la vieja cancha de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), que el 2 de julio amaneció con la celeste, que goleó a los chilenos 4 a 0 con dobletes de sus leyendas Isabelino Gradín y José Piendibene. El 6 fue el debut de la albiceleste, que también vapuleó a los trasandinos 6 a 1 por dos tantos de Ohaco, dos penales de Brown y otros dos de Marcovecchio.
Argentina, con Francisco Olazar y Natalio Perinetti (serían subcampeones del primer Mundial en Uruguay 1930) no pudo volver a ganar, con un 1 a 1 con Brasil y y un 0 a 0 con los uruguayos, en el último encuentro del cuadrangular. Que para variar tuvo incidentes, con el primer tramo suspendido a los 5 minutos en GEBA y seguido al día siguiente en cancha de Racing Club.
Uruguay sumó 5 puntos tras vencer a Brasil, uno sobre el local, y ganó el primero de sus 15 títulos. Y uno de sus dirigentes, Héctor Rivadavia Gómez, viendo el éxito del torneo, propuso crear una entidad que agrupara a los cuatro países,, dando el primer paso a la fundación de la actual CONMEBOL. La flamante organización realizaría de nuevo el Campeonato Sudamericano de Selecciones, su nombre entonces, para 1917. Lejos estaba de pensar en que con los años lo haría toda una vida.
Diego Martín Yamus.
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