Estaba claro que en la naciente Copa América era Uruguay el dominador casi total. Para 1923 había ganado tres de los seis campeonatos en juego. Y ese año retornaba a ser sede luego de la que albergara en 1917. Pero ahora con un aliciente importantísimo: el campeón iría por primera vez a los también nacientes Juegos Olímpicos, a disputarse al año siguiente en París.
Por eso en el Parque Central de Montevideo, entre el 29 de octubre y el 2 de diciembre, la celeste dirigida por Leonardo De luca salió a arrasar a sus sólo tres rivales, Argentina, Brasil y Paraguay, ya que Chile otra vez se había ido del quinteto de la época. Y con una generación de ganadores (Nasazzi, Scarone, Petrone, Cea, Romano) poco le costaron los tres encuentros.
El 4 de Noviembre superó a los paraguayos 2 a 0 por Scarone y Petrone. Algo más debió esforzarse para derrotar a Brasil 2 a 1 el 25, ya que tras la ventaja de Petrone y el empate de Nilo, Pedro Cea desniveló recién a los 75 minutos. Pero el 2 de diciembre, ante alrededor de 22.000 inchas, batió a Argentina 2 a 0 por Petrone a los 28 y Somma a los 88 y consiguió el doble objetivo de campeón y clasificado a los Juegos Olímpicos. Esa tarde la celeste formó con Casella; Nasazzi, Uriarte; Andrade, Vidal, Ghierra; Ladislao Pérez, Scarone, Petrone, Cea y Somma.
Allí no terminaría la ola victoriosa de Uruguay. Contra europeos que se burlabann de sus prácticas en París, en 1924 vapuleó a Yugoslavia, Francia, Holanda y Suiza y se colgó el primero de sus dos oros Y a fines del 24, otra vez en su suelo, volvió a obtener el Campeonato Sudamericano. Lo que hoy llamaríamos triple corona. Es que Uruguay era rey indiscutido del fútbol, no sólo el de su continente.
Diego Martín Yamus.
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