La década del 40 fue para la Copa América la vuelta del dominio de los tres más grandes: Argentina, Uruguay y Brasil. Pero la albiceleste dirigida por Guillermo Stábile fue quien se destapó con tres de los seis campeonatos jugados en plena Segunda Guerra Mundial, mientras celestes y verdeamarillos apenas sumaron uno, en medio de los acostumbrados abandonos, irregularidades y escándalos.
En 1941 Chile volvió a ser sede de un certamen otra vez normal, luego de que Perú se impusiera en 1939 sin los colosos,. Y Argentina arrancó su era de pura gloria venciendo a Uruguay y al local, gracias a cracks como el «Charro» José Manuel Moreno y Antonio Sastre. La celeste fue segunda, pero al año siguiente se tomó desqite en su tierra, con los cinco goles de Severino Varela, el mando de Obdulio Varela en el medio, Pedro Cea ahora al comando técnico y el 1-0 en el clásico ante la Selección, con el gol de Viviano Zapirain al arquero Sebastián Gualco.
Fue suficiente aguijón para despertar al gigante nacional. En las tres ediciones siguientes conquistó el título, barrió a sus rivales típicos y exhibió algunos de los más grandes tesoros de su historia: Angel Labruna, Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano, Norberto «Tucho» Méndez, Rinaldo Martino. El envión arrancó en Chile en 1945, cuando superó a Uruguay 1-0 por Martino y a Brasil 3 a 1 con tres del gran racinguista Tucho para ganarles a éstos el torneo por un punto.
Los brasileños fueron a nuestro país con sed de revancha en 1946, y tan así fue que el partido cumbre con la Selección en cancha de River fue una batalla campal: a los 28 minutos, el crack visitante Jair hizo una dura entrada al local Salomón que lo fracturó, y se armó entre futbolistas de ambos una gresca que suspendió el partido 70 minutos, agravada por la Policía que entró a defender a los argentinos. Vicente De la Mata y Chico, dos del caos, fueron expulsados. Pasada la locura, otra vez «Tucho» Méndez marcó los goles del 2-0 y el segundo logro al hilo. Brasil se ofendió y una vez más decidió boicotear la Copa, así que en 1947 los de Stábile fueron tricampeones y sólo tuvieron a un bravo Paraguay de escollo.
Como respuesta a estos tristes avatares, esta vez Argentina dio el portazo para la edición de 1949 justamente en Brasil. Y a un año del regreso del Mundial, que organizaría, el «scratch» consiguió su tercer título y primero desde 1922, aprovechando además que Uruguay presentó un conjunto juvenil por huelga de los mayores. Aún así, el equipo de Flavio da Costa tuvo que batallar con Paraguay, que lo igualó en puntos en la cima de la tabla, por lo que debió realizar un desempate que no le costó demasiado: 7 a 0, con tres de Ademir y dos del máximo artillero Jair.
Entre medio de todo este lío y estos sucesos americanos, se dio el debut de Colombia en 1945, la mayor goleada de la historia de la Copa en 1942 cuando Argentina le mandó un 12- 0 a Ecuador, mientras ese año Chile dejó la cancha contra la Selección molesto con el árbitro y perdió los puntos, y que a partir de 1947 ocho países empezaron a tomar parte, siempre todos contra todos. Pero esos 40 Argentina era América. Y tenía todo para seguir siéndolo en los 50.
Diego Martín Yamus.
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