Vida de la Copa América: doblete de Basile y de Ronaldo, Uruguay campeón y los invitados

La ya llamada Copa América iba tomando nuevos vientos. Para 1989 se había empezado a disputar en dos zonas de cinco países en sede fija,, lo que perduró como un clásico hasta 2001. Lo que no cambió fue el nombre propio de los campeones. Argentina y Brasil dos veces y Uruguay de nuevo marcaron esos años 90 que además iniciaron otra era: la de los invitados como México, Estados Unidos y hasta Japón.

Tras los fracasos de las últimas ediciones, el arribo de Alfio Basile al banco de Argentina le dio mucha alegría a la albiceleste, que conquistó las dos primeras Copas de la década, bien diferentes en su nivel. En 1991 en Chile, al influjo de los goles del poco conocido Gabriel Batistuta, el equipo sorteó con autoridad escollos como el local o Brasil para terminar con aquel 2-1 sobre Colombia y su primera alegría tras la de 1959. Goycochea, Ruggeri, un joven Diego Simeone, Darío Franco, un notable Leo Rodríguez y la dupla Caniggia-Batistuta lo hicieron posible en el primer evento serio de la era del «Coco».

Así se viajó en 1993 a Ecuador a defender el título, con un invicto largo y una Selección ya formada aunque no estuviera Maradona. Era otra época de cambios con los dos primmeros invitados, México y Estados Unidos, por lo que los 12 equipos cambiaron el formato a grupos de tres o cuatro, mejores terceros y cuartos de final. Entonces el programa fue más duro, el nivel bajó mucho (sólo dos victorias en seis partidos) y como en el Mundial de Italia en 1990, Sergio Goiycochea debió surgir en los penales para ganar los cruces con Brasil y Colombia y enviar al equipo a la final con los brillantes mexicanos. Pero ese 4 de julio en Guayaquil también reapareció Batistuta y con dos goles estupendos, como el recordado 2-1 del lateral rápido de Simeone, le dio a la Argentina su bicampeonato. Y aunque nadie lo pensara, el último halago hasta estos días.

Mientras tanto, Uruguay atravesaba un nuevo tiempo de oscuridad luego del triunfo de 1987. En 1991 y 1993 Luis Cubilla armó planteles locales, poco competitivos y que cayeron rápidamente. Debía volverse a los grandes, y en el vecino país un desconocido entrenador Héctor Núñez condujo un conjunto sólido y de jerarquía, liderado por Enzo Francescoli. Con expertos como Alvez, Aguirregaray, Dorta, Rubén Sosa, Poyet, Marcelo Saralegui o Rubén «Polillita» Da Silva, Uruguay fue otra vez campeón venciendo a aquel Brasil de Ronaldo y Edmundo por penales en el Centenario, tras el 1-1 del tiro libre de Bengoechea y el penal decisivo de Sergio «Manteca» Martínez para el 5-3 y la apoteosis de viejos tiempos. Mientras tanto, Argentina, el campeón vigente, padecía en la nueva etapa de Daniel Passarella de técnico un inesperado 0-3 con Estados Unidos y la mano del brasileño Tulio que derivó en el 2-2 de los cuartos de final y la eliminación por tiros desde el punto penal.

Brasil quería regresar a lo más alto y encaró con sus estrellas Rivaldo, Ronaldo, Ronaldinho o Edmundo los siguientes dos torneos. Y los ganó inobjetablemente, el de Bolivia en 1997 y el de Paraguay en 1999. En la altura y comandado por Mario Zagallo antes del Mundial de Francia, vapuleó a Perú 7-0 en semifinales y al meritorio Bolivia de Ramiro Castillo y Etcheverry 3-1 en la final. Y en el 99, última edición con este formato, estuvo a las órdenes de Wanderley Luxemburgo y se impuso a la Argentina de Marcelo Bielsa en cuartos de final y a aquel juvenil Uruguay de Víctor Púa 3-0 en la decisión para sumar otro título. Fueron otros dos campeonatos amargos para la Selección, primero con un plantel de suplentes que perdió con Perú con escándalo en cuartos de final, con tres expulsados y un penal errado por Marcelo Gallardo. Y qué decir del 99, cuando a pesar de contar con el tridente Riquelme-Guillermo Barros Schelotto-Palermo pasó de todo: el 0-3 con Colombia y los tres yerros penales de Martín y el de Ayala contra Brasil, coronado por la pelea entre José Luis Calderón y Bielsa en el aeropuerto antes de la vuelta.

Se venía el siglo XXI. Fiel a su historia, la Copa América traería otra era bien diferente y hasta con los enredos de su vida.

El último título de Argentina hasta hoy: