El fútbol brasileño se tiñe de vergüenza y se desató el escándalo luego que el Fluminense se salga con la suya al quedarse en la «A» porque mágicamente, y qué casualidad, un jugador de Portuguesa estaba inhabilitado en para jugar el último partido del Brasileirâo. La CBF decidió bajar al modesto equipo del barrio Canindé de San Pablo y salvó al millonario carioca.
Se viene el Mundial de Brasil y los norteños están mostrando las garras; si no ganan en la cancha pueden ganar tranquilamente fuera de ella, parece ser la consigna. Portuguesa fue bajada a la «B» por una supuesta irregularidad. El tribunal de faltas del fútbol brasileño dio a lugar el reclamo de Fluminense, equipo que ya tiene antecedentes de ser «rescatado» de la B en 1998, cuando el gobierno lo devolvió a Primera por considerarlo club de interés popular. En esa época la FIFA había intimado a Brasil para que ni el gobierno, ni la justicia ordinaria intervengan más en este tipo de cuestiones.
Hecha la ley, hecha la trampa reza el popular refrán, porque cuando el Flu se fue a la C, inventaron un campeonato que contaba con 100 equipos y el tricolor se salvó.
Mucho cuidado van a tener que tomar algunos países no tan poderosos en lo económico como Uruguay por ejemplo, porque los brasileños se traen el puñal bajo el poncho.
La Lusa tiene 3 días para apelar la resolución de la justicia deportiva brasileña.
@lostribuneros