Buenos Aires, Argentina. La Fecha 9 del Torneo Clausura 2025 no solo se jugó en las canchas; se jugó en el manicomio del VAR, donde la lógica y la justicia deportiva entraron en coma profundo. Si pensábamos que las controversias arbitrales ya habían tocado fondo, el fútbol argentino siempre encuentra una forma de superarse.
La jornada fue un festival del horror donde los árbitros, asistidos por una tecnología que usan con la destreza de un cavernícola con un smartphone, se encargaron de ser los verdaderos protagonistas.
El Museo de los Horrores Arbitrales de la Fecha 9
El VAR: Caro, Inútil y el Chivo Expiatorio Perfecto
El resumen es claro: el VAR no existe para impartir justicia, sino para agregar una capa extra de confusión y lentitud a errores que antes eran rápidos y honestos. La tecnología se mantiene «en el ojo de la tormenta» porque los criterios de aplicación son tan variables como la voluntad de los árbitros de levantarse del sillón a revisar una jugada.
La Fecha 9 no hizo más que confirmar la crónica de una muerte anunciada: la relación entre árbitros, jugadores y prensa es una guerra de nervios constante. Todos reclaman, todos se justifican, y nadie asume que el problema no es el reglamento, sino la aterradora incompetencia para aplicarlo. Las polémicas no son un condimento; son el plato principal de un campeonato que se decide más en la cabina del VAR que en el césped.