Una “diablura” de Boca deja muy complicado a Independiente

Un partido vibrante protagonizaron Independiente y Boca en la cancha del Rojo, donde terminaron en empate a 1. Montenegro malogró un penal a los 10’ y el xeneize jugó 74’ con diez, tras la expulsión de Cellay.

Independiente entró al Libertadores de América dispuesto a arrollar a su adversario, y desde el vamos hizo temblar a una displicente defensa boquense.

Los rojos entraron a la cancha con la idea de marcar su primer gol en el comienzo y dedicarse a jugar tranquilo; generó las situaciones necesarias como para abrir el marcador. Un ataque a fondo de rojo a los 9’ terminó con un penal a su favor y el experimentado “Rolfi” Montenegro le tiró una “masita” al arquero Agustín Orión.

Pese al penal malogrado, Independiente tenía a Boca casi de rodillas; jugaba frente al área azul y oro, le cerraba los espacios y le tapaba toda posibilidad de contragolpe.

A Boca no le salía una, el público que colmó las graderías del Libertadores de América apoyaba y el estadio parecía un verdadero infierno.

En el minuto 16’ el jugador Cristian Cellay se tuvo que ir a las duchas, tras cometer una falta y Leguizamón que se iba de cara al mano a mano con Orión.

El referí Saúl Laverni, de buena actuación a nuestro entender, no dudó en mostrarle la “colorada” al defensor xeneize y Boca, que la pasaba muy mal, quedaba con 10.

Independiente, con un hombre más, intentó buscar el bendito primer gol, pero Bianchi metió mano en el fondo y recién ahí Boca encontró la estabilidad ansiada.

Los diablos fueron bajando su performance, y esa tromba que asediaba a Boca en el primer cuarto de hora, se fue diluyendo.

Boca no le llegaba a Independiente, el rojo era muy atento con ese detalle y maniataron a los hábiles atacantes del xeneize.

Un momento de distracción le costó caro al equipo de Avellaneda; el tanque Silva recibió un balón en el área y no perdonó: GOL a los 38’.

En el fútbol existen las injusticias, pero la sal y la pimienta es eso, un gol de quien no lo merece.

Al descanso se fueron con la victoria parcial de Boca por 1-0 y no se imaginan la preocupación de los hinchas del rojo.

Para el complemento Independiente no fue tan incisivos como en el comienzo del juego, si bien eran peligrosos, no ponían en jaque a una defensa de Boca que supo pararse.

Ambos entrenadores metieron mano en sus equipos pero nada pasaba; Independiente tenía el balón pero Boca buscaba aumentar cifras.

La desazón de la gente en las tribunas era elocuente, el tiempo corría, y cada atajada del notable Agustín Orión desconcertaba a todos.

Fue tremendo lo de Orión pero él solo no puede con todos; la única manera de romperle el arco fue cuando a los 18’, tras un ataque a fondo del rojo, tres jugadores llegaron al mano a mano, el valiente arquero tapó una pelota, nadie lo ayudó, por eso, el ex Boca, Claudio Morel Rodríguez recogió el rebote y de un zapatazo coronó el empate.

Boca supo resistir sin problemas con uno menos; el estadio era una caldera y su hinchada empujaba en busca del ansiado segundo gol que nunca llegó.

Un muy buen partido nos entregaron Independiente y Boca.

El rojo continúa muy comprometido en la zona del descenso, para peor, el tiempo pasa y parece que Gallego no puede cambiar la pisada junto a su oncena.

@lostribuneros

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