El futbolista argentino Paolo Goltz protagonizó una jugada insólita durante el partido que enfrentó a su equipo, Colón, contra Independiente el sábado pasado. El defensor cometió una falta al tomar la pelota con las manos dentro del área, lo que resultó en un penal a favor del equipo contrario.
Goltz, quien es el capitán de Colón y tiene 37 años, se disculpó por su error después del partido, diciendo que se sentía frustrado por haber cometido una falta en un momento en que su equipo necesitaba desesperadamente ganar. Sin embargo, también acusó al árbitro Nicolás Lamolina de haber causado confusión con su arbitraje contradictorio.
En particular, Goltz se quejó de que Lamolina no había dado la orden para reiniciar el juego en varias jugadas anteriores, pero luego lo hizo en la jugada en la que cometió la falta. Sin embargo, el reglamento permite que los saques de meta se realicen sin necesidad de que el árbitro dé la orden con su silbato, lo que significa que la queja de Goltz no tenía fundamento. A pesar de sus explicaciones, Goltz admitió que había cometido un error y que debía hacerse responsable de sus acciones. Afortunadamente para él, el partido terminó en empate gracias a un gol de último minuto de su compañero de equipo, Ramón «Wanchope» Ábila.
El futbolista argentino Paolo Goltz protagonizó una jugada insólita durante el partido que enfrentó a su equipo, Colón, contra Independiente el sábado pasado. El defensor cometió una falta al tomar la pelota con las manos dentro del área, lo que resultó en un penal a favor del equipo contrario.
Goltz, quien es el capitán de Colón y tiene 37 años, se disculpó por su error después del partido, diciendo que se sentía frustrado por haber cometido una falta en un momento en que su equipo necesitaba desesperadamente ganar. Sin embargo, también acusó al árbitro Nicolás Lamolina de haber causado confusión con su arbitraje contradictorio.
En particular, Goltz se quejó de que Lamolina no había dado la orden para reiniciar el juego en varias jugadas anteriores, pero luego lo hizo en la jugada en la que cometió la falta. Sin embargo, el reglamento permite que los saques de meta se realicen sin necesidad de que el árbitro dé la orden con su silbato, lo que significa que la queja de Goltz no tenía fundamento.
A pesar de sus explicaciones, Goltz admitió que había cometido un error y que debía hacerse responsable de sus acciones. Afortunadamente para él, el partido terminó en empate gracias a un gol de último minuto de su compañero de equipo, Ramón «Wanchope» Ábila.