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BRASILIA, BRASIL – Una alarmante preocupación ha surgido de cara al Mundial de Fútbol 2026: la posibilidad de que los hinchas brasileños sean excluidos de los partidos que se disputen en Estados Unidos. Esta situación, según informes de CNN Brasil, se debe a que el presidente Donald Trump estaría considerando prohibir la emisión de visas para ciudadanos brasileños, lo que afectaría directamente la capacidad de los aficionados para asistir al evento en territorio estadounidense.
El Impacto de las Restricciones Migratorias
Aunque esta medida no impactaría directamente a la selección brasileña —ya que jugadores y cuerpo técnico cuentan con protocolos especiales como participantes oficiales—, los miles de hinchas que planean viajar desde Brasil podrían enfrentar restricciones significativas. Si los partidos de Brasil se juegan en Estados Unidos, la única alternativa para los aficionados sería seguir a su equipo en los encuentros que se disputen en México o Canadá, sedes que también albergarán partidos del Mundial.
La situación evoca el caso de Irán, cuyos ciudadanos enfrentan restricciones migratorias similares desde junio pasado, generando incertidumbre sobre su participación en el torneo.
Silencio de FIFA y Preocupación en Brasil
Hasta el momento, la FIFA no se ha pronunciado oficialmente sobre este delicado asunto. Sin embargo, la posible ausencia de los apasionados hinchas brasileños, conocidos por su colorido y entusiasmo, podría alterar drásticamente la atmósfera del torneo, que históricamente celebra la diversidad y la energía de los aficionados de todo el mundo.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) está al tanto de la situación y se prepara para defender los intereses de sus hinchas, aunque aún no ha emitido una declaración pública al respecto. A medida que se acerque la fecha del torneo, se espera que tanto las autoridades brasileñas como la FIFA intensifiquen sus esfuerzos para abordar esta compleja problemática y asegurar que el espíritu global del Mundial no se vea opacado por decisiones políticas.
¿Lograrán las gestiones diplomáticas asegurar la presencia de los vibrantes aficionados brasileños en el Mundial de Norteamérica?
