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Un hecho hasta curioso se produjo esta tarde en el barrio de Once. No se trataba de un extraterrestre ni de la presencia de incógnito de Cristiano Ronaldo, no, para nada, pero encontarse con un «Paranista» eso sí que es algo raro rayano a lo insólito.
Mi costado brasileño me llevó a mi rutina de comprar feijâo (poroto negro) ya que me había quedado sin suministro de este sabroso y vital alimento. Al salir, y por cosas del destino -véase que este miércoles el Paraná Clube juega el clásico con Atlético Paranaense y podría aumentar su distancia si gana- al subir a la moto vi a un muchacho con la camiseta de un club recontra conocido para mí. No dudé un segundo en pegarle el grito -ehhh paranista!- Este frenó y ahí nos quedamos dialogando y chicaneando porque no pude ocultar mi devoción por el Coritiba, equipo rival del tricolor de Vila Capanema.
Llegaron al tapete viejos recuerdos de una de las ciudades más bonitas de Brasil. Nuestra amada Curitiba nos tocó el corazón, pero la pasión por el fútbol nos unió y dividió a la vez. Juliano es hincha de un equipo grande, pero yo, con toda modestia, le recordé ser hincha del más grande…
Nos divertimos un rato chicaneándonos. Le recordaba de mis andadas por la «Vila Olímpica», ya que era, y sigo siendo, del barrio Boqueirâo. De paso nos reímos del Atlético Paranaense, rival en común, apodados los «caniches».
Juliano es miembro de la hinchada «Furia Buenos Aires», y hermano en la pasión de los muchachos de la «Torcida Desorganizada».
De paso les mando un abrazo a la gante de la «Desorganizada» y más vale que le ganen al Atlético ya que tengo un amigo atleticano demasiado fanfarrón que se cree que son el Real Madrid.
Dicen que los hinchas del «Coxa Branca» (algo así como Patas Blancas en español) somos recontra fanfarrones y es bueno aclarar que no es taaan así. Luego de todo no tenemos la culpa de ser hinchas del papá de todos los clubes del estado y, además, de ser el mayor campeón de todos los tiempos… je.
Marcelinho Witteczeck
@lostribuneros
