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El inicio de la temporada 2025/26 del Rangers FC no es un mal momento, es un desastre existencial envuelto en bufandas celestes y rojas. Los Gers han pasado de ser una institución de leyenda a un club que mendiga puntos en Escocia y que en Europa es una burla que ni siquiera el más acérrimo fan del Celtic se atrevería a imaginar. La realidad es tan cruda que duele, pero la vamos a narrar con la crueldad que el club se ha ganado a pulso.
El Apocalipsis Escocés: Séptimos y de Rodillas 🏴
En la Scottish Premiership, el Rangers se arrastra. No está cerca de la punta, sino que mira la clasificación con binoculares desde una humillante séptima posición. Han cosechado más empates y derrotas contra equipos que deberían ser un mero trámite (un saludo a Hearts y St. Mirren, que deben haber celebrado esos puntos como si fueran el treble).
¿Los problemas? La prensa escocesa, que no perdona ni una, ya lo sentenció: esta es la «peor racha en 36 años». La defensa es un colador de café usado y la delantera sufre de una sequía ofensiva tan severa que, si fuera una planta, ya la habrían declarado muerta. El club ha perdido su «identidad competitiva» y ahora su nombre se usa en Escocia solo para preguntar: «¿Qué tan mal te puede ir este fin de semana?».
Europa: El Viaje a Ninguna Parte 📉
Si la liga es triste, la Europa League es el sótano. Dos partidos, dos derrotas. Cayeron contra el Sturm Graz (que por lo visto no les hizo ni viento) y no lograron rascar nada más. El Rangers se sienta cómodamente último en su grupo, sin esperanzas reales de avanzar. Están en Europa solo para validar el pasaporte de sus jugadores, porque a nivel futbolístico, han demostrado ser meros turistas.
La leyenda del club en el continente ha sido reemplazada por un «polvorín» interno. El director ejecutivo balbucea que «los resultados deben mejorar de inmediato» (¡genio, nadie lo había notado!) mientras los analistas se preguntan si el vestuario implosionará antes de que termine el mes.
Los Apuntados: Butland, el Colador y Tavernier, el Capitán Sin Brújula 🎯
Cuando el barco se hunde, hay que buscar responsables, y el Rangers ya tiene a sus chivos expiatorios:
- Jack Butland (Arquero): El pobre Butland pasó de ser una figura a ser un meme. La prensa lo tiene en la mira por errores puntuales y «falta de seguridad». En lugar de un muro, los hinchas ven en él un colador de fish and chips.
- James Tavernier (Capitán): El capitán, ese que debería ser el líder moral, es criticado por su liderazgo ausente y, peor aún, por sus desaciertos defensivos. Es el capitán que, cuando más lo necesitas, te pasa un flotador pinchado.
- Goldson, Lundstram y Cantwell: El resto del pelotón solo acompaña la tragedia. Goldson falla más que un reloj de arena, y la dupla Lundstram/Cantwell no genera juego ni por casualidad. La conclusión de los hinchas es unánime: «falta de actitud y compromiso».
La hinchada está dividida entre los que piden paciencia (probablemente los mismos que creen en el unicornio escocés) y los que exigen «cambios drásticos» y protestas organizadas.
El panorama es desolador: el Rangers ya no compite; ahora se auto-destruye. Lo único que le queda al club, de momento, es mirar la tabla, suspirar, y recordar que hace treinta y tantos años eran… bueno, algo más.
