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Este jueves 20 de febrero se cumplirá un año del asesinato del joven hincha del San José, Kevin Espada, en pleno Oruro, por seguidores del Corinthians. Todo quedó impune y la Red Globo se encargó de desviar la atención pidiendo la expulsión del Real Garcilaso porque un par de hinchas le gritaron «mono» al jugador Tinga del Cruzeiro.
Brasil es peligroso, el país que va a organizar el próximo Mundial, todavía se maneja como en la época de los terratenientes y la justicia es operada a pulso por los más poderosos.
San José de Oruro, un modesto equipo boliviano jugaba en casa ante el multimillonario Corinthians, que llegaba con los pergaminos de ser campeón de América y del Mundial de Clubes, nada menos, hasta que un grupo de inadaptados tuvo la idea de disparar una bengala hacia la hinchada adversaria, solo que este proyectil impactó en un adolescente de 14 años que yacía muerto instantes después, en plena tribuna.
La muerte de Kevin Espada fue tomada casi como una burla, ya que, si bien la justicia boliviana tuvo detenido a varios hinchas del timâo durante unos meses, todo quedó en la nada. Aparecieron prestigiosos y costosos abogados que fueron liberándolos uno por uno hasta que no quede ninguno en la cárcel.
Los brasileños piden hoy que descalifiquen al Real Garcilaso de la Copa Libertadores, equipo ya sancionado por la CONMEBOL, por gritarle «mono» a un jugador del Cruzeiro, pero ninguno de los medios poderosos como O GLOBO fueron capaces, si quiera, de recordar y mostrar lo sucedido con el joven boliviano.
El daño moral que vive una familia destrozada; una madre que quedó con su psiquis destrozada, unos hermanos que todavía lloran por Kevin, parece no interesarle a nadie, y menos aún, a muchos brasileños.
Luego del asesinato del pibe, Corinthians corría el riesgo de ser descalificado de la Copa Libertadores, algo que sonaría sensato, pero como mueve mucho dinero y detrás de este negocio redondo está el grupo O Globo, lograron que el segundo club más popular de Brasil salga indemne, al cobrarle una multa y darles algunos juegos sin público.
Vergüenza es poco, no me da vergüenza esto, más bien, me da asco.
Brasil maneja todo a dedo, a la Portuguesa se la descendió por un «error jurídico de la CBF» para favorecer al millonario Fluminense que se había ido de cabeza a la B, ahora, presionan para que el casi insignificante Real Garcilaso sea eliminado porque cometió la osadía de superar al campeón Cruzeiro, basándose en un puñadito de imbéciles que hizo gestos racistas. Vale señalar, que la CONMEBOL ya le aplicó una multa al club huancaíno, seguramente, estos hechos no van a volver a repetirse.
Estos manejan el Mundial, y no es de extrañarse que lo manejen a lo Mussolini, es decir, a punta de pistola sobre árbitros y rivales.
Mi querido Brasil a veces me da vergüenza.
Marcelinho
@lostribuneros
