El «Granate» ganaba 2-0 con doblete de Rodrigo Castillo, pero el equipo chileno reaccionó en el segundo tiempo. La definición de la semifinal de la Copa Sudamericana quedó abierta tras una noche marcada por el ataque al micro de Lanús antes del partido y un arbitraje muy polémico del brasileño Anderson Daronco.
SANTIAGO, CHILE – En un partido que tuvo todos los condimentos de una semifinal continental —tensión, violencia en la previa y un arbitraje en el ojo de la tormenta—, Lanús empató 2-2 ante Universidad de Chile en el Estadio Nacional de Santiago, por la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana 2025.
El conjunto argentino, dirigido por Mauricio Pellegrino, dejó escapar una ventaja de dos goles y ahora deberá definir la serie en casa, en un clima que promete ser igual de caliente.
Ráfaga de Lanús, reacción de la U
El partido, que se disputó a puertas cerradas por una sanción previa al club chileno, pareció definirse rápido. Lanús fue pura efectividad en el primer tiempo gracias a su delantero Rodrigo Castillo. A los 24 minutos, Castillo abrió el marcador con un potente remate tras un error en la salida del arquero local. Apenas cuatro minutos después, a los 28′, el propio Castillo empujó la pelota tras una gran jugada de Eduardo Salvio para poner un sorpresivo 0-2.
Sin embargo, el técnico de la U, Gustavo Álvarez, reconfiguró tácticamente a su equipo en el complemento. Adelantó a Charles Aránguiz, ensanchó el campo con Maximiliano Guerrero y envió al campo a Lucas Di Yorio, quien se convirtió en la referencia de área que el equipo necesitaba.
El dominio chileno fue absoluto en la segunda mitad (terminó con 68% de posesión y 22 remates). El descuento llegó a los 63 minutos por medio del ingresado Di Yorio, que definió tras una jugada colectiva.
Violencia en la previa y polémica en el cierre
La tensión comenzó horas antes del partido. El micro que trasladaba al plantel de Lanús fue atacado con piedras al llegar al Estadio Nacional, rompiendo un ventanal. El hecho fue denunciado por jugadores como Eduardo Salvio en redes sociales, y Conmebol debió activar un plan de seguridad de emergencia.
Ese clima hostil se trasladó al final del encuentro. Cuando el partido moría y Lanús defendía la victoria, el árbitro brasileño Anderson Daronco sancionó un penal en el minuto 98 por una mano de Agustín Cardozo. Todo el plantel de Lanús protestó airadamente, alegando una falta previa de Lucas Di Yorio sobre Cardozo en el salto, la cual pareció evidente en las repeticiones.
Pese a los reclamos, el VAR no llamó a revisión al juez. Charles Aránguiz, el motor de la U en el complemento, se hizo cargo de la ejecución y, con frialdad, engañó al arquero Nahuel Losada para sellar el 2-2 definitivo.
El final del partido estuvo marcado por cruces verbales entre los bancos de suplentes y la furia del cuerpo técnico de Lanús contra la terna arbitral.
Con la serie abierta, la revancha se jugará el próximo jueves 30 de octubre a las 19:00 (hora argentina) en el estadio Ciudad de Lanús, donde se definirá quién avanza a la gran final de la Copa Sudamericana.
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