Cosas insólitas sucede en el fútbol en general donde tampoco se salva el femenino. En la cancha de Lugano jugaban Villas Unidas ante Ituzaingó por la cuarta fecha del torneo de Primera C de AFA. El funcionamiento del encuentro iba dentro de los parámetros normales donde las «Villanas» se imponían por 1-0 gracias al tempranero tanto de Laura Agüero. Sin embargo, minutos después, el referí interrumpió el juego diciéndole al técnico local, Gustavo Levine, «¡esto no da para más!».
Nadie entendía el regaño del referí, quien pidió la pelota y llamó a su juez asistente ante la mirada atónita de los allí presentes. La queja del árbitro era por causa de una pareja de teros que atacaban al linesman cada vez que se acarcaba al poste del córner.
Acto seguido, el entrenador local notificó a las autoridades del estadio, quienes se hicieron eco tratando de ver como se solucionaba el problema. A todo esto, un fotógrafo se acercó a la zona como para tratar de tirar instantáneas del encuentro, sin éxito, salió corriendo despavorido por el ataque de las aves que le pasaban rozando.
Al llegar el entrenador Levine a verificar qué pasaba, cerca de un cincuentenar de aves comenzaron a volar a su alrededor.
Tras algo más de media hora intentando ver qué hacer con los teros, que estaban protegiendo a sus pichones, se dispuso colocar a dos personas sentados al lado de las aves, quienes al entrar en confianza dejaron que se lleve a cabo el encuentro con normalidad.
En síntesis, los animales que se mostraban intransigentes, finalmente cedieron y dejaron que las chicas jueguen. Ganaron las villanas finalmente por 1-0 y se prenden en la Zona B.
@lostribuneros